Una plaga de hormigas foráneas invade un país, atacando a las personas y a la vida silvestre y causando incluso muertes.
Intentando
contener su avance, los científicos recurren a otra criatura, aún más
terrible: un tipo de mosca que literalmente decapita las hormigas.
La
mosca persigue a la hormiga y le inyecta uno de sus huevos. Cuando
nacen las larvas, éstas se desplazan hasta la cabeza de la hormiga. Allí
los gusanos liberan una sustancia química que hace disolver las
membranas externas, la cabeza se desprende totalmente y cae.
Los
gusanos comen posteriormente la cabeza desde adentro hacia afuera,
usandola como un capullo donde maduran y se convierten en nuevas moscas,
listas para decapitar otras víctimas.
Pero no se trata de ciencia
ficción, sino de los esfuerzos más recientes para combatir la expansión
de una hormiga invasora que se está extendiendo a lo largo de Estados
Unidos y puede causar graves estragos, dañando la agricultura, las casas
e infligiendo picaduras letales.
Las hormiga roja de fuego
(Solenopsis invicta) fue introducida accidentalmente a Estados Unidos
desde la provincial de Formosa, en el noreste de Argentina, durante la
década de 1930.
Desde su puerto de entrada se ha expandido por el
sur del país, colonizando tanto zonas agrícolas, desiertos y hábitats
costeros como pueblos y ciudades. También se ha extendido a otros países
como China y Nueva Zelanda.
Las hormigas miden apenas entre dos y seis milímetros, pero son agresivas y se congregan en grupos de alta densidad.
Se
reproducen y extienden con rapidez y si alguien perturba su colonia
pueden reubicarla con gran velocidad para asegurar su supervivencia.
Asesinas diminutas
Las hormigas rojas de fuego pueden devastar las poblaciones de hormigas nativas.
Un
estudio publicado el mes pasado demostró por primera vez no sólo que
las hormigas invasoras compiten con las nativas por comida, sino que
también las excluyen de relaciones de beneficio mutuo con otros
animales. Las hormigas suelen proteger a los áfidos, por ejemplo, a
cambio de alimentarse de un líquido azucarado producido por esos
insectos.
Las hormigas rojas de fuego ingieren una gran variedad
de alimentos y usan picaduras potentes para someter a sus víctimas,
haciendo que animales de mayor porte eviten el lugar donde se
encuentran.
Esta hormiga invasora no sólo puede matar ranas,
lagartijas y pequeños mamíferos o invader casas o piscinas. También
puede causar la muerte de seres humanos.
Sus picaduras pueden
generar una reacción alérgica y en la literatura médica existen
registros de decenas de individuos que fallecieron a causa de un shock
anafiláctico tras ser picados por la hormiga roja de fuego.
Otro
estudio publicado el mes pasado analizó los componentes químicos del
veneno inyectado en las picaduras, en un intento por hallar formas de
contrarrestarlo.
Mosca letal
La invasión de estas hormigas
respresenta para diferentes estados del país pérdidas de miles de
millones de dólares al año, por lo que diferentes investigadores están
buscando estrategias de control.
En su hábitat nativo en
Sudamérica, esta hormiga es controlada por una gran variedad de enemigos
naturales, incluyendo virus, nemátodos, otras especies de hormigas y
una de avispa.
Pero estos enemigos no están presentes en
territorio estadounidense, por lo que las poblaciones de la hormiga
invasora son de cinco a diez veces más numerosas que en su hábitat
nativo.
Los científicos están recurriendo ahora a diferentes
especies de una pequeña mosca, Pseudacteon obtusus, que es un enemigo
natural de la hormiga roja de fuego en Argentina.
Seis especies de
mosca han sido liberadas y dos ya se están expandiendo junto con las
hormigas, según Sanford Porter, de la oficina del Departamento de
Agricultura de EE.UU. en Gainesville, Florida, quien ha estado
trabajando en el biocontrol de la hormiga invasora durante 15 años.
Recientemente se han liberado más especies de enemigos naturales y los investigadores están intentado medir su impacto.
Uno
de los campos de batalla de esta nueva estrategia es la región
norcentral de Florida. Allí Porter y su colega Luis Calcaterra,
investigador de la Fundación para el Estudio de Especies Invasoras en
Buenos Aires, han venido estudiando qué especies de mosca son efectivas
en la lucha contra la hormiga roja de fuego.
Equilibrio
La
idea no es erradicar la hormiga invasora de territorio estadounidense,
sino crear un equilibrio ecológico con las especies de hormigas nativas.
Los científicos liberaron tres especies de moscas al mismo tiempo, para determinar si tendrían un mayor impacto colectivo.
'Un
número mayor de moscas es más efectivo, porque atacan hormigas de
diferentes tamaños en momentos diversos del día y en distintos
hábitats', dijo Porter.
Pero más allá del éxito de esta
estrategia, Porter aclara que 'las moscas decapitadoras son parte de un
esfuerzo mayor de biocontrol, que incluye patógenos y otros parásitos'.
Calcaterra está evaluando la posible introducción de otros parásitos desde Argentina.
'Hay
varios organismos promisorios, como el hongo Vairimorpha invictaeo la
hormiga parasitaria Solenopsis daguerrei,que estamos estudiando con
miras a su posible liberación en un futuro cercano', dijo el científico.
Estas especies tienen sus propias y horripilantes formas de matar a las hormigas rojas de fuego.
Reinas
de la hormiga parasitaria logran engañar a las rojas de fuego y
penetrar su nido, por ejemplo. Allí, roban y consumen todo el alimento,
causando la muerte de las reinas de la colonia por inanición.
Porter y Calcaterra explicaron los resultados de su trabajo en un estudio en la revista Biological Control.
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