Pegado a la autovía que atraviesa los Apalaches se levanta un cartel
enorme en el que se lee: “Zona libre de puestos de trabajo de Obama. El
presidente habla de crear empleo, pero la Agencia de Medio Ambiente (EPA en sus siglas en inglés)
los está destruyendo”. Más adelante, en la carretera estatal que
conduce hasta Blacksburg, en el sur de Virginia, hay otro que advierte:
“El carbón sigue vivo”. En la calle principal de la localidad un póster
gigante de Mitt Romney indica: “Se busca creador de empleo. Vota
republicano”.
El Partido Republicano y los grupos a favor de
la industria del carbón están realizando en el sur de Virginia y en
Virginia Occidental una dura campaña en contra de la política energética
de Barack Obama a la que responsabilizan de la pérdida de trabajo en
ese sector
Todos estos mensajes ilustran la dura campaña que el Partido
Republicano y los grupos a favor de la industria del carbón están
realizando en el sur de Virginia y en Virginia Occidental en contra de
la política energética de Barack Obama a la que responsabilizan de la
pérdida de trabajo en ese sector, vital para la economía de la zona. “La
política energética y el impacto directo en el empleo se ha convertido
en una de las bazas electorales de ambos candidatos en su lucha por
ganar en Virginia”, reconoce Leslie Hager-Smith, teniente de alcalde de Blacksburg.
La economía estadounidense añadió en octubre 171.000 puestos de
trabajo, pero el sector minero afronta uno de sus momentos más
difíciles. La industria del carbón emplea a unos 86.000 trabajadores,
según la Oficina de Estadística de Empleo
y representa el 40% del abastecimiento eléctrico de todo el país. Solo
en Virginia y Virginia Occidental, genera alrededor de 25.000 puestos de
trabajo, Aunque Virginia es uno de los Estados con menor tasa de paro
del país (5,9%), es la minería la que se está viendo más afectada por la
crisis económica. En el segundo cuatrimestre de 2012 se destruyeron en
la zona 1.300 puestos de trabajo relacionados con el sector.
Cada vez que Mitt Romney hace campaña en Virginia insiste en acusar a
la Administración Obama de haber herido de muerte a la industria del
carbón. Sin embargo, los anuncios de la campaña del presidente en la
región insisten en recordar que en estos cuatro años se ha incrementado
en un 10% el empleo relacionado con la minería, recuperando el nivel de
1997. Unas cifras avaladas por Appalachian Voices,
una organización medioambiental independiente. “Según nuestro último
estudio, desde la recesión en 2008 han aumentado en un 28% los puestos
de trabajo en la minería de Virginia”, aseguran.
Aunque ambos candidatos cuando hablan de la
situación de la industria del carbón en Virginia tratan de aproximarse
al asunto desde un punto de vista exclusivamente económico, en
Blacksburg muchos responsabilizan a las políticas medioambientales del
cierre de las minas
Una impresión que, sin embargo, no es compartida por la gran mayoría
de los vecinos de Blacksburg. Esta localidad, situada en mitad de los
Apalaches, fue una de las principales productoras de carbón a finales
del XIX. Muchas de sus minas ya se han cerrado pero la vinculación con
la industria pervive. Tiene un museo dedicado al mineral, un parque que se llama Mina de Carbón,
en la misma zona donde vivían los mineros con sus familias y su
universidad, realiza cursos de seguridad al que acuden los mineros de
todo el Estado y su universidad, Virginia Tech,
es una de las más importantes de Estados Unidos en la enseñanza de
Ingeniería de Minas. De hecho, el 25% de sus alumnos acaban trabajando
para el sector de la minería. La propia Universidad tiene una relación
especial con el carbón, ya que todo su abastecimiento energético
proviene una planta cercana.
“Las medidas del presidente y sus amigos verdes están
acabando con el empleo en esta zona. La prensa no dice nada porque como
todo suena a medio ambiente y cambio climático, parece que es
políticamente correcto, pero la realidad es que aquí hay muchas ciudades
y familias que dependen del carbón”, se lamenta Mitch Payne, minero
retirado pero que ayuda en C & J Coal Sale, una empresa a las
afueras de Blacksburg de venta de carbón obtenido de una mina minúscula.
Payne recuerda que en septiembre Alpha Natural Resources,
la segunda productora de ese mineral en EE UU anunció el cierre de ocho
instalaciones en Virginia Occidental, Virginia y Pensilvania. “Sus
responsables culparon a las leyes de la Agencia de Medio Ambiente del
cierre, no sólo pienso yo así”, advierte.
A comienzos de este año, la EPA aprobó una ley que restringe a partir
de 2013 la emisión de gases de efecto invernadero en todas las plantas
industriales del país. Además, en 2015 entra en vigor otra norma que
limita las emisiones de mercurio en las minas de carbón. “Aquí todos
culpan a la EPA del cierre de las minas, pero el problema no es sólo
medioambiental, que lo es. El carbón ha dejado de ser rentable porque la
recesión ha hecho que las empresas opten por energías más baratas, como
el gas natural”, explican desde la Coalición Medioambiental de la Universidad Virginia Tech.
El problema no es sólo medioambiental, que lo es. El carbón ha dejado de ser rentable porque la recesión ha hecho que las empresas opten por energías más baratas, como el gas natural”
Aunque ambos candidatos cuando hablan de la situación de la industria
del carbón en Virginia tratan de aproximarse al asunto desde un punto
de vista exclusivamente económico, en Blacksburg muchos responsabilizan a
las políticas medioambientales del cierre de las minas. Greg Jennison,
estudiante de ingeniería de minas en Virginia Tech, es el representante
en esa Universidad de FACES of Coal,
una organización cuyo propósito es desmentir algunos datos o
impresiones erróneas que se tienen sobre la minería. “Dicen que la mima
de superficie perjudica el medio ambiente, pero el hecho es que muchas
veces, con los trabajos para devolver la montaña a su estado inicial, lo
que hacemos es mejorar el entorno”, explica. Jennison, que considera
que Romney será capaz de mantener los puestos de trabajo de la industria
en Virginia y saluda el anuncio que el candidato hizo el vienes de
cambiar toda la política relacionada con el carbón si llega a la Casa
Blanca.
“Eso será extremadamente complicado”, advierten desde la Coalición
Medioambiental de la Universidad Virginia Tech. “En realidad las medidas
que ha adoptado Obama en política medioambiental no son originales
suyas, se trata del cumplimiento de la Ley de Aire Limpio
que fue aprobada por Nixon y endurecidas durante la Administración de
George W. Bush. La promesa de Romney deberá hacer frente a la realidad
de reformar esa normativa”, aseguran.
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