La concentración de gases de efecto invernadero -principal acelerador del cambio climático- en la atmósfera alcanzó nuevos récord históricos en 2011, reveló hoy la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La presencia de dióxido de carbono y de otros gases de larga
duración con la propiedad de retener el calor son la causa del aumento
del 30 por ciento del efecto de "reforzamiento radiativo", a partir del
cual se explica el calentamiento del planeta.
La principal fuente
de carbono en su forma de dióxido es la quema de combustible fósil, como
petróleo y gas, y el uso de la tierra (deforestación de bosques
tropicales).
Según el último boletín anual de la OMM
sobre esos gases, presentado hoy en Ginebra, desde la era preindustrial
(1750) se han emitido a la atmósfera cerca de 375.000 millones de
toneladas de dióxido de carbono, de los que la mitad permanece en la
atmósfera, mientras que el resto ha sido absorbido por los océanos y la
biosfera (los seres vivos de la Tierra).
Larga vida en la atmósfera
Los millones de toneladas de carbono en la atmósfera "permanecerán en ella durante siglos, lo que provocará un mayor calentamiento de nuestra planeta e incidirá en todos los aspectos de la vida en la Tierra", advirtió al presentar el boletín el secretario general de la OMM, Michel Jarraud.
Los millones de toneladas de carbono en la atmósfera "permanecerán en ella durante siglos, lo que provocará un mayor calentamiento de nuestra planeta e incidirá en todos los aspectos de la vida en la Tierra", advirtió al presentar el boletín el secretario general de la OMM, Michel Jarraud.
"Aunque
detuviéramos las emisiones mañana, lo que sabemos que no es posible,
tendremos estos gases en la atmósfera por miles de años", agregó, para
enseguida señalar que no sólo su concentración aumenta, sino que el
ritmo al que lo hace se acelera cada vez más, de manera exponencial.
Peor
aún, los científicos no pueden asegurar que el planeta seguirá teniendo
la capacidad de absorber las cantidades de carbono y otros gases que
también contribuyen al cambio climático, como ha sucedido hasta ahora.
"Ya
hemos observado que los océanos se están volviendo más ácidos como
consecuencia de la absorción de dióxido de carbono, lo que puede
repercutir en la cadena alimenticia submarina y los arrecifes de coral",
dijo Jarraud.
En ese sentido, admitió que la ciencia aún no tiene
una plena comprensión de las interacciones entre esos gases, la
biosfera terrestre y los océanos.
Dióxido de carbono
El dióxido de carbono es el más abundante de los gases de efecto invernadero de larga duración y su concentración actual representa un 40 por ciento más que en la era preindustrial, pero el metano y el óxido nitroso también juegan un papel en este fenómeno.
El dióxido de carbono es el más abundante de los gases de efecto invernadero de larga duración y su concentración actual representa un 40 por ciento más que en la era preindustrial, pero el metano y el óxido nitroso también juegan un papel en este fenómeno.
El primer gas ha sido responsable del 85 por
ciento del "reforzamiento radiativo" en los últimos diez años, el metano
ha contribuido en un 18 por ciento y el óxido nitroso en
aproximadamente un 6 por ciento.
El 60 por ciento del metano -cuya
presencia ha alcanzado un máximo sin precedentes con 159 por ciento más
que a mediados del siglo XVI- proviene de los cultivos de arroz, la
explotación de combustibles fósiles, vertederos o combustión de biomasa,
así como de rumiantes, mientras que el resto proviene de fuentes
naturales (humedales y termitas).
Entre las fuentes del óxido
nitroso se encuentra igualmente la combustión de biomasa, así como el
uso de fertilizantes y procesos industriales, y su presencia en la
atmósfera supone hoy un 20 por ciento más con respecto al nivel
preindustrial. EFEverde
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