La popular cordillera estadounidense de Los Apalaches tiene su espejo en muchos lugares de Europa, y entre ellos en España, donde algunas zonas comparten los mismos recursos paisajísticos, debido al origen geológico común, situado antes de que comenzara la deriva de los continentes hace unos 200 millones de años.
El relieve "apalachense" se localiza hoy, además de a lo largo
del este de norteamérica, en Groenlandia, Irlanda, Islandia, Escocia,
Gales, Noruega, Francia y, antes de pasar a Marruecos, también en
España, donde este tipo de riscos existen en Extremadura, Galicia y
Asturias, aunque en estas dos últimas muy erosionados o cubiertos de
vegetación.
De hecho, durante los últimos años han surgido iniciativas para crear un "Sendero Internacional de los Apalaches" que una todas
las montañas de la Tierra que comparten ese origen, y el foco está puesto en la comarca extremeña de Las Villuercas-Los Ibores-La Jara, uno de los ocho "geoparques" que la UNESCO ha reconocido en España.
Un paisaje marino hace millones de años
Las
Villuercas estuvieron hace millones de años bajo el mar, y de ahí la
existencia de abundantes restos fósiles marinos, pero tiene
características que lo hacen único en el mundo, entre ellas los fósiles
de los primeros metazoos con esqueleto externo, en los que se apunta el
origen de la vida animal.
A los valores geológicos que han
moldeado este paisaje (más de cuarenta "geositios" de interés
paleontológico), al Geoparque de Villuercas-Ibores Jara se suman hoy los
recursos naturales (alberga siete Zonas de Especial Protección para las
Aves y ocho Lugares de Interés Comunitario incluidos en la Red Europea
Natura 2000), el patrimonio histórico (en el que destaca el Monasterio
de Guadalupe), o las tradiciones culturales y gastronómicas de la
comarca.
Entre los valores naturales de la zona destacan las
extensas masas de bosques de robles y castaños, y numerosas especies de
aves protegidas como el águila real, el halcón peregrino, el buitre
leonado, el alimoche, el búho real o la cigüeña negra.
Las
autoridades de los 19 municipios que integran esta comarca, y numerosos
agentes económicos y sociales de la zona, están apostando por explotar
todos esos recursos (geológicos, naturales y culturales) para consolidar
una oferta turística muy diferenciada.
Un "geoparque" a dos aguas: las del Tajo y las del Guadiana
Una de las singularidades del geoparque es que "vierte"
sus aguas a dos cuencas, la del Tajo y la del Guadiana, según ha
explicado a EFEverde Juan Carlos Herrera, Agente del Medio Natural de
Extremadura y una de las personas que mejor conoce los recovecos de
Villuercas-Ibores-Jara.
Herrera ha destacado la riqueza de la
biodiversidad del geoparque, y el creciente número de turistas, sobre
todo extranjeros, que están llegando a la zona atraídos por sus recursos
naturales y por los "geositios" del lugar, como la Cueva del Castañar
de Ibor, las pinturas rupestres o el Risco de Villuerca.
Este pico
corona la comarca (1.601 metros) y desde él se pueden contemplar las
llanuras, sierras y valles que conforman este paisaje, y sobre todo las
pedreras o ríos de piedras y el característico relieve "apalachense" del
macizo.
Juan Carlos Herrera ha señalado que
algunas de las nuevas modalidades de turismo (geoturismo, turismo
ornitológico, senderismo y otras formas asociadas al turismo rural) son
en la actualidad el auténtico "motor de desarrollo" de la comarca; "ése
es el turismo que nos interesa, y es la única posibilidad que tenemos",
ha manifestado.
Difundir el significado y los valores de la Red Natura es
el objetivo del proyecto Life+ "Infonatur", cofinanciado por la UE y
que coordina la Junta de Extremadura, y en el que participan la
Diputación de Lérida, el Patronato de Turismo de Gerona-Costa Brava y la
Agencia EFE. EFEverde
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