martes, 25 de diciembre de 2012

El consumo colaborativo: la sostenibilidad invisible

La Economía de la Colaboración es un modelo socio-económico basado en que a menudo "el acceso es mejor que la propiedad" ofreciendo un cambio de paradigma pragmático al que cada día se apunta más gente gracias a los beneficios económicos
Albert Cañigueral
En el mundo de la ingeniería se dice que la mejor tecnología es la tecnología invisible. El mismo principio puede aplicarse a la sostenibilidad y en este punto el consumo colaborativo tiene mucho que decir.
¿Qué podemos hacer para aliviar nuestros problemas económicos, ambientales y a la vez regenerar las comunidades locales? Consumir colaborativamente. Así como en el pasado reciente si queríamos un producto había comprarlo y ser propietario, hoy en día podemos encontrar comunidades (online) dispuestas a compartir/intercambiar/alquilar/regalar estos productos y también servicios.
La Economía de la Colaboración es un modelo socio-económico basado en que a menudo "el acceso es mejor que la propiedad" ofreciendo un cambio de paradigma pragmático al que cada día se apunta más gente gracias a los beneficios económicos y ecológicos directos y evidentes. Lo que tienen en común todas las iniciativas de consumo colaborativo es que facilitan la conexión entre aquellos que disponen de recursos infrautilizados y aquellos que tienen necesidad de esos mismos recursos. Se tiende a hablar de fabricar productos más ecológicos pero lo más ecológico es hacer un uso más óptimo de todo lo que ya disponemos.
En Cataluña ya hace tiempo que existen iniciativas de este tipo como el servicio de carsharingAvancar, el servicio de bicicleta pública compartida Bicing, portales de intercambio y alquiler como Loquo, bancos de tiempo, etc. Impulsados por la crisis y posibilidades gracias a la expansión de las redes sociales y los comportamientos colaborativos en Internet, en los últimos 2 años han aparecido una larga lista de iniciativas orientadas a facilitar que la gente se encuentre y se contacte mediante Internet y comparta fuera de Internet:
  • Alojamientos: Airbnb como líder mundial más destacado. Airbnb fue fundada en 2008 en San Francisco y ya dispone de oficinas para todo el mundo, una de ellas en Barcelona. StayAtFriends o Swaapping son de origen catalán y se ubican también en el alojamiento a través de los círculos de amistad.
    Más orientado a familias enteras ha popularizado también el intercambio de casas con Knok o HomeForHome. A pesar de tener nombres internacionales son de Barcelona y Sant Cugat.
    Uno de los sectores con más tirada es la movilidad: SociaCar (alquiler de coches entre particulares), JoinUpTaxi (compartir taxi), BlaBlaCar (compartir plazas libres en el coche).
    La ropa y objetos relacionados con los bebés: Grownies, Trastus, SegundaManita, Wikimums, BabyTravelling, etc... con modelos ligeramente diferenciados que engloban desde el regalo, el pago por un lote de 6 prendas usadas o el intercambio.
    Para redistribuir tenemos NoLoTiro (te lo regalo sin condiciones) y para reparar Millor que Nou (desde el Área Metropolitana de Barcelona)
    Las cooperativas de consumo y de kilometro cero pueden simplificar su creación y gestión con iniciativas como La Ruche Qui Dit Oui. De origen francés acaba de recibir una inversión de 1.5M € para expandirse por Europa.
    Y la lista sigue en campos como la educación, las finanzas, la artesanía, los libros, etc.
    Ofreciendo alternativas cómodas ya menudo más económicas estos proyectos optimizan los recursos ya disponibles y se evita la fabricación de nuevos productos.
    Sin ir más lejos en octubre de este 2012 el Club de Marketing de ESADE organizó una sesión con el título: "Consumo Colaborativo: compartir es rentable (y sostenible)"
Una cifra que revela la ineficiencia en la que vivimos: cada día hay 120 millones de asientos vacíos en los coches que circulan por toda España, una estimación facilitada por Vincent Rosso, Director en España de BlaBlaCar. No hacen falta más coches, no hacen falta más carretas, no es necesario que circulen tantos coches ... lo que hace falta es optimizar el uso de las plazas vacías en los coches que ya se encuentran en circulación. Ahorraremos dinero, reduciremos emisiones de CO2 y conoceremos a gente nueva.
El consumo colaborativo "hackea" el sistema del hiperconsumo del siglo XX basado en comprar/tirar y la propiedad individual. La gente colabora directamente (a través de estas plataformas tecnológicas) para cubrir necesidades materiales y de servicios. La economía vuelve a una escala más humana y comprensible.
Ya se han hecho algunos estudios (otro de Zipcar) y se ha visto de manera recurrente que los usuarios de estos servicios lo que les motiva de entrada es el ahorro (o ganancia en algunos casos) económico y/o de tiempo. Una vez han participado en el servicio varias veces los engancha la componente social y formar parte de una comunidad de usuarios. También hay beneficios emocionales ya que los usuarios se sienten inteligentes y orgullosos de participar en este tipo de servicios, lo que acelera mucho la difusión boca oreja. Los beneficios ambientales figuran muy abajo o ni siquiera aparecen en estos estudios con respecto a las motivaciones de los usuarios y es por eso que podemos decir que el consumo colaborativo ofrece una sostenibilidad invisible.
Hay que alertar que esta optimización del consumo a menudo es radical y muy cruel con los modelos de negocio actuales. Las empresas tradicionales intentan resisitir a estos cambios y ya han aparecido escritos poniendo en duda ciertos aspectos legales de compartir, el impacto sobre el PIB, la pérdida de puestos de trabajo al reducir la manufactura, etc.
De la misma manera que a las discográficas o los distribuidores de películas se han tenido que adaptar al mundo digital con el streaming y la distribución directa entre personas (P2P), muchos otros sectores verán como parte de los ciudadanos dejan de consumir y comprar los productos de la manera tradicional. Aquellas industrias basadas en la venta masiva de productos tendran que entender que el producto ya no se vende sino que se alquila/redistribuye/comparte y el modelo de negocio tendrá que adaptarse y pasar a ofrecer servicios alrededor del producto.
La movilidad y los fabricantes de coches ofrecen los ejemplos más interesantes. Por un lado vemos como en España, sin ninguna visión de futuro, se presenta como solución el "Plan 3 millones". Por el contrario BMW puso en marcha el carsharing DriveNow (Alemania y EEUU), Daimler ha invertido 10M $ USD en Carpooling.com, Citroën ha abierto Multicity en Francia y Alemania facilitando el alquiler de sus coches entre particulares o Chevrolet ofrece compartir trayectos en Colombia .
Este cambio de paradigma, de un modelo de sociedad "de arriba abajo" a un modelo de sociedad "peer-to-peer" afecta no sólo al consumo (con reducción de residuos y generación de nuevos productos), sino también a la producción, la educación, las finanzas y la política. De la actual situación de crisis (del sistema y de valores) sólo saldremos cambiando las reglas del juego, sin pedir permiso a nadie.

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