lunes, 31 de diciembre de 2012

La madera, ¿combustible del pasado?

En un apartado rincón del norte de Madrid, el valle alto del Lozoya, un cámping ha decidido dar la espalda a los combustibles fósiles y volver a calentarse con el recurso más local y sostenible que ofrecen los montes de la Sierra: la madera.

El uso energético de la biomasa forestal, la que procede de tratamientos silvícolas como podas o talas, se presenta como una oportunidad para poner en valor los bosques españoles, que han sufrido este año la peor temporada de incendios de la década.
Así lo ha asegurado a EFEverde el dueño del cámping "Monte Holiday", Antonio Gonzalo, quien decidió apostar por la biomasa, "una energía local que genera economía local", tras hacerse cargo del negocio familiar.
La factura energética del cámping, situado en un alto en las cercanías de Gargantilla de Lozoya, se reducirá según su dueño en un 75 % gracias a la sustitución del viejo sistema de calefacción con gasóleo y electricidad.
A principios de año, Gonzalo invirtió 250.000 euros -que espera amortizar en seis años- en la construcción de una red de calefacción centralizada con una caldera de astillas de biomasa y unas placas solares.
El agua caliente parte de la caldera y se distribuye por los bungalows, la piscina y el edificio principal del cámping a través de dos kilómetros de tubos situados a casi un metro de profundidad.
Es un sistema conocido como red de calor o "district heating" que, según el Observatorio Nacional de las Calderas de Biomasa, ya suministra calor y agua caliente a unas 3.261 viviendas y a 47 redes de edificios públicos en España.
Impulsadas por las constantes subidas del precio de los hidrocarburos, la construcción de este tipo de instalaciones no para de crecer: hace pocos días se presentó en Móstoles (Madrid) un proyecto para construir una red de calor por biomasa que abastecerá a 5.698 viviendas.
 Para Gonzalo, gran defensor de este tipo de energía -es miembro de la Asociación Española de valorización energética de la biomasa (AVEBIOM)-, sus ventajas desde el punto de vista del consumidor son el "ahorro y los costes previsibles".
Según el informe de precios energéticos del IDAE, del 14 de noviembre de 2011 al 26 de noviembre de 2012 el precio del litro de gasóleo C -el usado en calefacción- pasó de 0,881 euros a 0,960 euros, una subida de casi el 9 %. En el mismo periodo, el precio de la biomasa forestal (astilla de pino triturada o pellets de madera) se mantuvo invariable.
Otro factor al que da importancia Gonzalo es el carácter "local" de esta energía: "la riqueza se queda aquí, en los montes, en vez de irse a Irán o Argelia", comenta.
Las astillas proceden de una planta de transformación situada a catorce kilómetros del cámping, en el pueblo de Lozoyuela, que a su vez obtiene la leña de los extensos pinares de la zona.
Su gestor, el ingeniero forestal Enrique Enciso, defiende el uso energético de la biomasa como medio para generar empleo rural, combatir el cambio climático y poner en valor los bosques de forma sostenible y ordenada.
"Se crean puestos de trabajo en entornos rurales deprimidos, y además evitamos incendios porque mantenemos limpios los montes", ha comentado a EFEverde.
La planta, creada en 2009 a iniciativa del Ministerio de Medio Ambiente y la Asociación de Empresas Forestales (Asemfo), emplea a tres personas y abastece de astillas a algunas instalaciones del norte de Madrid.
Pero no funciona a pleno rendimiento porque la demanda de este tipo de combustible, que para ser rentable tiene que ser consumido de forma local, a menos de cien kilómetros de distancia de la planta, aún es escasa en la zona.
Según Asemfo, España podría albergar 400 centros de este tipo, capaces de abastecer de energía a 640.000 familias.EFEverde

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