Pocos
de los miles de viajeros que cada día pasan por la concurrida estación
de metro de Pacífico, en Madrid, reparan en los paneles que explican,
bajo el reclamo de "¿sabes lo que la geotermia puede hacer por ti?", que
el aire que climatiza los andenes procede del interior de la tierra.
Pacífico es la primera y de momento única estación del
suburbano madrileño que climatiza sus dependencias -andenes de línea 1,
cuartos técnicos y tiendas- gracias al calor del subsuelo terrestre, con
un sistema de energía geotérmica.
Frente a las demás fuentes
renovables, como la biomasa, la eólica o la maremotriz, que aprovechan
la energía que llega del sol, la geotermia permite aprovechar el
inagotable flujo de calor que brota del interior de la tierra.
El
tipo de aprovechamiento geotérmico depende de la temperatura del
subsuelo: cuando es alta -en zonas volcánicas o con perforaciones muy
profundas- el calor se puede utilizar para generar electricidad.
Más
sencillas son las instalaciones de muy baja temperatura, con sondeos
poco profundos, que sirven para climatización y generar agua caliente:
es el caso de la estación de Pacífico.
El responsable de
ingeniería de climatización de Metro de Madrid, José Manuel Cubillo,
comentó a EFEverde que el sistema se instaló durante unas obras de
remodelación en 2009 "por innovación y porque era una solución
razonable."
Aunque según Cubillo la instalación "es mucho más
cara" que una convencional -supuso una inversión de 700.000 euros- se ha
logrado un ahorro energético que este técnico cifra en "alrededor de un
25 %."
Este tipo de sistemas de calefacción consisten en un
"intercambiador de calor terrestre" formado bombas de calor geotérmico y
un bucle cerrado con tubos en forma de "U", introducidos a unos 150
metros de profundidad, por los que circula un fluido.
Ese fluido,
gracias al trabajo de las bombas, realiza el intercambio de temperatura
-absorbe calor para calefacción o lo cede para refrigeración- con el
terreno, que está a una temperatura constante; más caliente que el
exterior en invierno y más frío en verano.
A partir de los 15
metros el subsuelo está a la misma temperatura todo el año, una
temperatura que aumenta aproximadamente un grado cada 30 metros de
profundidad.
Al realizar el intercambio de calor en base a unas
temperaturas menos extremas que las del ambiente exterior, estas
instalaciones gastan menos aunque proporcionen la misma potencia
térmica.
La razón del ahorro esta en el "salto térmico", que al reducirse, hace que aumente el rendimiento de las bombas de calor.
Por
ejemplo, un día de invierno el exterior puede estar a 8 grados, y el
subsuelo a 29 grados. Si se quiere climatizar a 22 grados, el salto
térmico con un sistema convencional será de 14 grados, frente a los 7
del sistema geotérmico.
A pesar de las ventajas de esta energía,
un informe de febrero de 2012 del Instituto de Diversificación y Ahorro
Energético (IDAE) constata que "la geotermia en España presenta todavía
una escasa penetración, a pesar de su gran potencial".
Según datos
de la Asociación Internacional de la Geotermia, en 2010 había
instalados en España 141 megawatios térmicos, frente a 4.460 en Suecia,
281 en Polonia o 1.410 en Holanda.
De momento surgen nuevos
proyectos, como el de una cooperativa que construirá 80 viviendas en
Tres Cantos (Madrid) a partir de enero y ha apostado por la geotermia
para sus necesidades de climatización y agua caliente sanitaria.
El
presidente de la sección española de esa asociación, José Martínez,
resume el futuro de esta energía renovable en que "cualquiera de las
máquinas de aire acondicionado que hay una fachada es susceptible de ser
cambiada por un sistema geotérmico".
El sector reclama una
normativa común y una mayor difusión de las ventajas de este tipo de
energía entre los usuarios, para ayudar a su fomento y despegue
definitivo.EFE
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