viernes, 28 de diciembre de 2012

Municipios fallan en planes ecológicos


Sólo cinco municipios de Jalisco cuentan con programas vigentes de Ordenamiento Ecológico Territorial (POET), encabezados por Zapopan y Tlajomulco. Los otros 120 carecen de esta normatividad, que sirve como instrumento para implementar una política ambiental que regule o induzca el uso de suelo y las actividades productivas.

La misión de los ordenamientos es lograr la protección del medio ambiente y la preservación, así como el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales. Sin embargo, a la lista de municipios con este ordenamiento apenas se suman Cihuatlán, Cabo Corrientes y Tomatlán. El Gobierno de Jalisco y la Costa Alegre (que agrupa a los tres municipios costeros anteriores) también cuentan con este programa.

“Ya se inició el proceso para el programa de Puerto Vallarta… y en la subcuenca de Zapotlán El Grande”, precisa la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades).

El proceso para que los ayuntamientos realicen estos ordenamientos es lento, pues en 2007 solamente dos municipios contaban con el propio; es decir, en el sexenio apenas se sumaron otros tres.

Miguel Magaña, especialista de la Universidad de Guadalajara (UdeG), critica la omisión de los 120 ayuntamientos.

“En la metrópoli el gran problema es que los ayuntamientos no tienen ordenamientos ecológicos que especifiquen cuáles son las áreas para la ganadería o la industria, para las actividades productivas, y cuáles para el desarrollo inmobiliario. Esto trae consecuencias lamentables porque hay cambios radicales en los usos de suelo… se afectan las áreas verdes y se mezclan industrias o negocios de riesgo o contaminantes con centros de población”.

Del ordenamiento de Zapopan refiere que “nadie lo conoce”; en el caso de Tlajomulco “está incompleto, parece más un atlas de riesgo”.

Estos ordenamientos, añade, son la única ruta para llegar a la sustentabilidad.

En Jalisco, Zapopan y Tlajomulco registran los mayores cambios de uso de suelo. Por ejemplo: el suelo agrícola es devorado en algunas zonas por los asentamientos humanos.
Por su parte, Guadalajara tiene el territorio prácticamente consolidado por los asentamientos humanos y las únicas áreas verdes importantes se ubican en la Barranca de Huentitán. Para dimensionar los cambios registrados desde 1982 en este municipio, en ese año había más de mil hectáreas de suelo agrícola y en la última actualización apenas se registraron 45. Los cuerpos de agua prácticamente desaparecieron por el crecimiento de la mancha urbana.

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