Este año, tras exhaustivo análisis, debate y deliberación, de entre todas las candidaturas propuestas
ECOticias.
Por veinte año consecutivo la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies
hace la entrega simbólica, hoy día de los Santos Inocentes, de la Bullada de Purpurina, “galardón”
que reconoce la labor y acciones de empresas, instituciones y
administraciones que más se han destacado en su labor en contra la
conservación de la naturaleza y el medio ambiente asturiano de entre las
muchas candidaturas que se presentan todos los años.
Este año, tras exhaustivo análisis, debate y deliberación,
de entre todas las candidaturas propuestas (entre las que cabe destacar
la Consejera de Agroganadería, Hidro Cantábrico, Victorino Alonso,
Cogersa o Asturgold), y aún cuando hay que resaltar que todas ellas
obraron abundantes méritos para triunfar, desde el jurado de la
Coordinadora Ecoloxista, se ha elegido:
A la empresa Asturgold.
Destaca la triunfadora en el arte de desplegar expertos y oscuros
manejos para obtener la concesión administrativa que le permite explotar
nuestros recursos en la mina de oro de Salave y, valiéndose de la
coyuntura del paro que asola el Occidente de la región, ha vendido a los
desempleados miles de puestos de trabajo, erigiéndose en la salvación
económica cuando sabe será la fuente de todas la decepciones. Ha llegado
a Asturias y, utilizando su falta de escrúpulos, ha comprado y
manipulado a los corruptos, entrando al enfrentamiento directo con los
vecinos que se oponen a sus proyectos especulativos. Así mismo se premia
a Asturgold por el mérito que supone el desarrollo de su magnífico
talento para la modificación del proyecto inicial, que finalmente le ha
colado a la Administración, a la que bien conoce por su característica
dejación de funciones inspectoras (y lo conoce porque así ocurre con
otras muchas actividades extractivas a las que no se les aplica control
administrativo alguno), y aunque el Principado redoblara sus esfuerzos
en la vigilancia, Asturgold ya ha dado muestras de no omitir nada para
burlarla.
Tras haber adquirido la concesión minera del Rió Narcea Gold Mines,
planteó la explotación de la mina “a cielo abierto”, con una planta de
cianuración, porque decía que la subterránea era inviable
económicamente, y proponía varias alternativas para el agujerón, todas
ellas sometidas a consulta popular (un lago, un puerto deportivo con
chalets, un spa de agua marina). Tras las primeras objeciones, cambió
el proyecto de “a cielo abierto” a subterráneo, sin explicar por qué le
salen ahora las cuentas del tipo de explotación.
Cuando llegó a Asturias, se aclaró la garganta y habló de miles de
puestos de trabajo, después redujo el dato a 850 cuando se construya,
ahora ya habla de 250 que se verán reducidos si el proyecto no conlleva
el tratamiento. Pero a pesar de esa cifra de empleo, engaña a los
parados impartiendo cursos de seguridad en un número de asistentes
superior al que va a ser contratado, y hasta negocia un convenio
colectivo sin existir centro de trabajo, jugando las esperanzas de
quienes necesitan un puesto de trabajo y usándolos como ariete para su
proyecto especulativo.
Ahora que sorprendentemente el Principado, sin contestar a los
pliegos de alegaciones que presentaron los ciudadanos, autoriza la
explotación de la mina subterránea, pero no la planta de tratamiento de
cianuración con las escombreras y las balsas, la adoradora del oro y
del quermes nos dice que abandona la cianuración (cuando había dicho que
era muy segura, por la oxigenación) sin que todavía haya explicado cómo
y dónde va proceder a tratar el mineral, y ello, aunque no le importe
gran cosa al Gobierno del Principado, a nosotros nos tiene en vilo, pues
no se ha de olvidar que se trata de recuperar menos de un gramo de oro
por tonelada, y que cada una de esas toneladas lo son de residuo. En el
último proyecto presentado, las balsas de residuos tratados ocupaban
500.000 m2 con una altura de 23 m, igual hasta nos dicen que a los
currantes les van dar un plus en el salario en especie con la entrega de
unos saquinos de residuos para sus plantas ornamentales, pues no ha
precisado aún si va a construir escombreras ni balsas para sus residuos,
por eso nos tememos que, cuando Asturgold haya agotado el mineral, nos
dejará a los asturianos el “gusto” de recrear nuestra vista sobre los
montones de residuos, como muestra hereditaria de una verdad que no
puede engañar sino a su siglo.
Y resuelta a no malograr tal favorable coyuntura,
Asturgold se ha rodeado de una corte de aduladores que le salen entre
todas las esferas sociales y que la defienden sin juicio, sin
conocimiento y sin cautela, y es que el oro parece que facilita la
complicidad de muchos.
Esperamos y deseamos que este “galardón” despierte de la
febril ceguera a las diferentes administraciones que permiten que
avance este disparatado proyecto minero cuyos impactos pueden ser una
hipoteca para los concejos de Tapia, Franco y el Castropol. Nosotros no
somos porfiados ciudadanos, ni obedecemos los decretos de la codicia que
despierta el oro, y ya sea a cielo abierto o bajo tierra, seguiremos de
cerca los movimientos de la galardonada hasta que salga del embeleso el
Principado y aborde sin más rodeos la defensa de nuestro patrimonio
natural, pues no hay modo de disfrazar los hechos y los asturianos le
obligaremos a ese cambio de gestión tan necesario.
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