Los
cipreses que sobrevivieron al incendio de Andilla (Valencia) de este
verano tienen menor inflamabilidad que otras especies de la misma región
por su alto porcentaje de agua, lo que provoca también un mayor tiempo
de ignición y una reducción en la longitud de la llama.

En este proyecto, que se prolongará durante los próximos meses, participan centros de investigación de Italia, Francia, Portugal, Grecia, Malta, España, Túnez, Israel y Turquía.
Las muestras de ciprés están siendo sometidas a distintas pruebas para analizar la inflamabilidad y las propiedades de la combustión de las hojas y la hojarasca de los árboles, que son las que propagan el fuego de superficie a las copas, en caso de incendio.
Según el director del departamento de Árboles Monumentales de la Diputación de Valencia, Bernabé Moya, el comportamiento del fuego durante un incendio forestal "está condicionado en gran medida por las características y propiedades físicas y químicas de los combustibles".
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De la conducta del combustible depende el inicio y la propagación del fuego", ha añadido Moya, puesto que es "el único factor sobre el que se puede actuar directamente y de manera preventiva".
Las conclusiones obtenidas en este proyecto concuerdan con los resultados de los análisis realizados en las parcelas de cipreses gestionadas por Imelsa, en las que se quemaron 12 de los 946 cipreses, mientras la vegetación colindante formada por un bosque mixto de pinos, encinas, enebros o sabinas, quedó calcinada. EFE
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