lunes, 31 de diciembre de 2012

La fiebre del gas no convencional llega a España

La fiebre por extraer los recursos de gas no convencional ha llegado con fuerza a España, donde existen ya cerca de 40 prospecciones autorizadas y otras tantas solicitadas para investigar posibles yacimientos pese a la gran oposición social por los riesgos de una técnica de extracción llamada "fracking

".
El gas no convencional, hasta hace unos años prácticamente inaccesible, es un tipo de gas natural que se presenta atrapado en la roca madre (pizarras y esquistos), por lo que su extracción requiere una fracturación de la misma mediante la inyección a presión de agua con arena y una serie de aditivos químicos a través de pozos de varios kilómetros.
El "fracking" o fractura hidráulica lleva aplicándose en Estados Unidos desde hace casi tres décadas, pero la mejora de las tecnologías han expandido esta práctica en los últimos cinco años poniendo a disposición grandes cantidades de gas natural a precio asequible.
En Europa casi nadie espera que el gas no convencional produzca semejante revolución energética, aunque "sí podría suponer una evolución" para reducir la importación de hidrocarburos, opina el catedrático de Recursos Energéticos de la Universidad de Barcelona, Mariano Marzo.
Los expertos consideran, además, que el caso estadounidense no es extrapolable a Europa por tratarse de un continente más poblado, con mayores cautelas ambientales y con un régimen de propiedad del suelo diferente: el propietario de los minerales es el estado y no los dueños particulares de los terrenos como en Estados Unidos.
El Parlamento Europeo acaba de determinar que deben ser los países quienes decidan si explotar o no su gas no convencional, aunque advierte de que, de hacerlo, tendrá que ser con los más estrictos controles dados los riesgos que conlleva esta técnica.
En ese sentido, Francia, Bulgaria, Rumanía y República Checa han establecido una moratoria; Reino Unido, Polonia, Dinamarca, Suecia, Austria, Alemania, Lituania, Holanda, Portugal, Estonia (petróleo no convencional), Hungría, Irlanda y España están llevando acabo actividades exploratorias, y el resto de países aún no ha movido ficha.
En España hay permisos concedidos para llevar a cabo prospecciones en Asturias, Cantabria, Castilla y León, País Vasco, Aragón, Cataluña y Castilla La Mancha; y solicitados en las mismas regiones más la Comunidad Valenciana y Navarra.
"Por la tipología geológica sabemos que puede haber importantes reservas de gas en la cuenca vasco-cantábrica, en Castilla y León, y en Aragón", afirma Mónica Cristina, portavoz de Shale Gas España, una plataforma constituida por las cuatro empresas que aglutinan el mayor número de permisos: BNK-Trofagás; HEYCO Energy Group/Petrichor Euskadi; R2 Energy y Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA).
La mayoría de estas empresas no han podido comenzar las actividades de exploración ante las numerosas trabas, alegaciones u oposición que están recibiendo por parte de las administraciones locales y regionales, y de la ciudadanía, que un corto periodo de tiempo se ha organizado contra la que se prevé la próxima gran batalla ecologista en Europa.
Piden moratoria
Todas las provincias afectadas cuentan ya con una plataforma contra la fractura hidráulica y exigen al Gobierno que adopte una moratoria contra esta técnica, subraya Floren Enríquez, miembro de "Fractura Hidráulica No de Cantabria".
A pesar de que el ministro de Industria Soria ha manifestado su apoyo a la fractura hidráulica, tres Gobiernos regionales del PP rechazan llevarla a cabo en su territorio: Aragón, La Rioja y Cantabria.
Sus razones tienen que ver con los riesgos asociados: "contaminación de los acuíferos y del aire, afecciones a la salud humana y al paisaje, y terremotos", apunta Llorenç Serrano, secretario confederal de Medio Ambiente del CCOO, un sindicato que ha recogido en una publicación los impactos constatados de esta técnica.
Para evitar o minimizar esos riesgos, Mariano Marzo propone un departamento estatal dedicado al control exhaustivo de las extracciones, que, de llevarse finalmente a cabo, no ocurrirían en menos de seis años.
El profesor de Economía Sostenible de la Universidad del País Vasco Roberto Bermejo sostiene, sin embargo, que el coste de extracción del gas no convencional es dos veces superior al gas normal, y que a España no le compensa asumir los "enormes" riegos de esta técnica siendo "la Arabia Saudí de las energías renovables". EFE

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