El Ministerio de Medioambiente chino ha admitido la existencia de 
pueblos en el país asiático con una alta incidencia de cáncer debido a 
la contaminación. “Materiales químicos venenosos y dañinos han producido
 muchas emergencias relacionadas con el agua y el aire (…). En algunos 
lugares, algunos pueblos son conocidos incluso como ‘pueblos del 
cáncer”, señala el plan quinquenal 2011-2015 de lucha contra la polución
 química revelado esta semana, informa France Presse.
El reconocimiento del problema en un documento oficial se produce en 
medio de las crecientes protestas de la población por los problemas 
medioambientales, ya sean debidos a la contaminación atmosférica, como 
en Pekín, o los vertidos tóxicos y los desechos industriales.
El informe no da detalles sobre las causas o la prevalencia del 
cáncer; pero, según algunos estudios de expertos extranjeros, hay 
cientos de localizaciones con niveles de esta enfermedad superiores a lo
 normal. Los pueblos afectados suelen estar cerca de ríos.
El Ministerio advierte en el documento que China se enfrenta a una 
grave situación en lo que respecta al control de la contaminación 
originada por productos químicos, y cita como causas los controles 
inadecuados del riesgo contaminante por parte de las empresas, la 
carencia de políticas sistemáticas para restringir la fabricación y el 
uso de químicos muy tóxicos y peligrosos, y la insuficiente capacidad de
 las autoridades para monitorizar y supervisar la polución.
El informe reconoce que China utiliza “productos químicos venenosos y
 dañinos” que están prohibidos en los países más desarrollados y 
“suponen un daño a largo plazo o potencial para la salud humana y la 
ecología”.
Entre las medidas adoptadas por el Ministerio para luchar contra la 
degradación medioambiental, está la elaboración de una lista de 
industrias y químicos a los que se dará prioridad a la hora de prevenir y
 controlar su impacto contaminante. La lista incluye el procesado de 
petróleo y combustibles nucleares; la fabricación de productos químicos,
 fármacos y fibras químicas, y la fundición y la elaboración de metales 
no férreos. Las industrias textil y de la minería también recibirán 
especial atención.
Las autoridades han obligado, además, a las empresas con alto riesgo 
contaminante a que suscriban un seguro de responsabilidad medioambiental
 para que puedan hacer frente a cualquier daño o vertido que puedan 
causar y compensen a las víctimas. Esta directiva, hecha pública el 
jueves, obliga a las industrias designadas, como la petroquímica o la de
 metales pesados, a que se unan al sistema de seguros. Este fue 
introducido en 2007, pero era voluntario hasta ahora.
El rápido desarrollo que ha experimentado China en las tres últimas 
décadas ha tenido un gran impacto medioambiental. Hu Siyi, viceministro 
de recursos del agua, dijo el año pasado que el 40% de los ríos chinos 
está seriamente contaminado y el 20% contiene tanta polución que su agua
 es considerada demasiado tóxica incluso para el contacto humano.
Graves accidentes industriales junto a ríos importantes han obligado a
 interrumpir el suministro de agua a grandes ciudades en varias 
ocasiones en los últimos años. El mes pasado, se filtraron en un río del
 noreste de China alrededor de nueve toneladas de anilina, un químico 
utilizado en la fabricación de poliuretano. La existencia de la fuga no 
trascendió durante cinco días. Para cuando se supo de su existencia, ya 
había contaminado el suministro de agua de una ciudad en una provincia 
vecina.
 


 
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