El centro tecnológico Ainía y el Instituto Tecnológico Metalmecánico-AIMME de Valencia van a estudiar alternativas de tratamiento de aguas por oxidación avanzada, para reducir contaminantes como pesticidas, fármacos o surfactantes, agentes químicos en superficie.
El objetivo es reducir, de forma más eficaz que los
tratamientos convencionales, los contaminantes emergentes detectados en
el ámbito urbano, industrial y agrícola.
En los últimos años, los
procesos de oxidación avanzada han cobrado protagonismo por presentar un
gran potencial como tratamientos de depuración de contaminantes que no
pueden ser reducidos o eliminados mediante sistemas de tratamiento
convencionales, principalmente el biológico.
El proyecto OXAGUA,
que se desarrollará durante tres años, estudiará la aplicación de esta
clase de procesos mediante dos tipos de tratamientos, basados en la
utilización del ozono, del que se encargará Ainia, y en procesos
electroquímicos, responsabilidad de AIMME.
OXAGUA está financiado
por el Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana (IMPIVA),
dentro de su programa de proyectos en cooperación, y por el Fondo
Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), dentro del Programa Operativo
FEDER de la Comunidad Valenciana (2007-2013).
Los contaminantes
emergentes son objeto de estudio prioritario para los principales
organismos dedicados a la protección de la salud pública y
medioambiental, tales como la Organización Mundial de la Salud, la
Agencia para la Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos, o
la Comisión Europea.
Los contaminantes se encuentran normalmente
en el ámbito urbano (derivados por ejemplo de fármacos, de productos de
higiene personal o subproductos desinfectantes), industrial (derivados
de surfactantes o aditivos de las gasolinas) y agrícola-hortofrutícola
(pesticidas).
Estos contaminantes corresponden, en la mayoría de
los casos, a contaminantes no regulados, que pueden ser candidatos a
regulación futura, dependiendo de investigaciones sobre sus efectos
potenciales en la salud y el medio ambiente a largo plazo, según
señalaron fuentes de los equipos investigadores.
En los últimos
años, el desarrollo de nuevos y más sensibles métodos de análisis ha
permitido alertar de la presencia de estos contaminantes en fuentes de
abastecimiento de agua, aguas subterráneas e incluso en agua potable.
Muchos
de estos contaminantes son resistentes a los tratamientos
convencionales de depuración y están presentes tanto en aguas residuales
como depuradas. EFEverde
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