miércoles, 6 de febrero de 2013

Un equipo español de científicos ha comprobado que los ecosistemas del Mediterráneo son más sensibles a la variabilidad climática de lo que se pensaba hasta el momento. La sobreexplotación pesquera provoca una disminución de la capacidad de respuesta de los ecosistemas marinos del Mediterráneo ante algunas perturbaciones como el cambio climático, según ha comprobado un equipo español de científicos. Imagen cedida por el Instituto Español de Oceanografía. La investigación ha revelado que la sobreexplotación pesquera provoca una disminución de la capacidad de respuesta de los ecosistemas marinos del Mediterráneo ante algunas perturbaciones externas, entre ellas los efectos de las variaciones climáticas. El estudio lo han llevado a cabo científicos del Centro Oceanográfico de Baleares -del Instituto Español de Oceanografía (IEO)-, en colaboración con investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universitat de les Illes Balears, han informado la secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación y el IEO. El estudio, cuyas conclusiones se publicado en la revista ICES "Journal of Marine Science", analiza la evolución de las capturas comercializadas de las principales especies de las Islas Baleares entre los años 1965 y 2008. Se han estudiado en concreto tres cefalópodos como el pulpo, la sepia y el calamar; dos peces óseos como el salmonete y la merluza; y dos peces elasmobranquios, como la pintarroja y la raya. El esfuerzo pesquero en el área que ha sido objeto del estudio se incrementó abruptamente entre 1965 y finales de los años setenta, como resultado del aumento en el número de embarcaciones de arrastre. Según la misma fuente, ese incremento provocó que en los años ochenta, estas especies entraran en una situación de sobrepesca, un cambio que alteró la capacidad de estas poblaciones para afrontar posibles factores externos adversos. Los resultados han revelado también que algunos fenómenos locales ligados al Mediterráneo occidental y los de meso-escala relacionados con el Atlántico Norte afectan a las especies que habitan aguas más profundas (la merluza y los elasmobranquios), mientras que un fenómeno global como "El Niño" afecta a las que viven a menor profundidad (el pulpo, la sepia, el calamar o el salmonete). La nota remitida hoy por el IEO recuerda que El Niño es un fenómeno climático relacionado con las interacciones clima-océano, que tiene lugar en el Pacífico Sur, pero que sus efectos pueden apreciarse en todo el planeta. Hasta ahora no se había observado su influencia sobre los ecosistemas marinos del Mediterráneo, según la misma fuente. De los resultados del estudio se desprenden dos conclusiones importantes; la primera, que el efecto combinado de la pesca y el clima no sólo afecta a especies marinas objetivo de la pesquería, sino a otras especies que comparten con ellas el mismo hábitat y son explotadas de forma indirecta. La segunda conclusión es que se ha evidenciado que los ecosistemas marinos del Mediterráneo son más sensibles a la variabilidad climática global de lo que se pensaba hasta el momento. El estudio ha sido financiado por el proyecto PROGECIB-48A de la Dirección General de Universidades, Búsqueda y Transferencia del Conocimiento del Gobierno balear. EFE

El Parlamento Europeo (PE) apoyó hoy un giro radical en la Política Pesquera Comunitaria (PPC), para frenar la sobrepesca y proteger los caladeros.
Imagen de archivo del 7-7-2006.- Barcos amarrados en el puerto de la localidad coruñesa de LiraLa Eurocámara aprobó por 562 votos a favor, 137 en contra y 27 abstenciones el informe de la diputada socialista alemana Ulrike Rodust, sobre el Reglamento base de la reforma pesquera.
El voto es relevante porque es la primera ocasión en que el PE tiene poder de codecisión, junto con el Consejo de Ministros de la UE, en materia de pesca.
Los diputados respaldaron la adopción de medidas más drásticas que las defendidas por los Veintisiete para combatir los excesos pesqueros y permitir la recuperación de las existencias.
Entre ellas, se incluye el objetivo de lograr la recuperación de los niveles de reservas en 2020 y de que, en el futuro, las cuotas pesqueras anuales de cada país se fijen teniendo en cuenta "el criterio científico" y el "principio de precaución", a falta de datos del estado de las reservas.
La comisaria europea de Pesca, Maria Damanaki, valoró en un comunicado al término de la votación el respaldo de los eurodiputados a una reforma "ambiciosa", que sigue la línea propuesta por Bruselas.
RENDIMIENTO MÁXIMO SOSTENIBLE
En particular, destacó el apoyo al objetivo de conseguir un "Rendimiento Máximo Sostenible" (RMS) de existencias pesqueras en el mar y por otro, de establecer "fechas claras" para eliminar los descartes (capturas no deseadas de peces que después, muertos, son arrojados al mar).
Los eurodiputados propusieron establecer, para 2015, los índices de mortalidad por pesca en niveles que permitan la recuperación de las poblaciones de aquí a 2020.
Sobre los descartes, apoyaron obligar a los pescadores a descargar en puerto todas las capturas a partir de 2014, de acuerdo con un calendario específico para cada especie, para cumplir con la obligación en todas las pesquerías en 2020.
El informe también pide que se dé prioridad a los planes de gestión pesquera plurianuales, lo cual permitirá establecer previsiones más a largo plazo y contribuirá a que la industria pueda invertir y planificar sus acciones futuras.
La organización ecologista Greenpeace dijo en un comunicado que el voto supone un "enorme giro" para eliminar los excesos pesqueros y advirtió de que países como España y Francia "lo tendrán cada vez más difícil" para seguir defendiendo a la industria, "sin preocuparse por el bienestar a largo plazo de los océanos y la mayoría de los pescadores". EFEverde

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