El control del incendio que ha quemado casi 14.000 hectáreas en el Alt Empordà (Girona), y que los bomberos esperan dar hoy por extinguido, ha dado paso a los primeros exámenes sobre el terreno para valorar los daños y a la búsqueda de los responsables del suceso.
Mientras representantes de la Generalitat, Diputación y Consell
Comarcal del Alt Empordà visitaron ayer a alcaldes y vecinos de los
municipios afectados para conocer el alcance de las consecuencias del
fuego, el laboratorio biológico forense de los Mossos d'Esquadra analiza
ya muestras de ADN de varias colillas.
Los agentes rurales
localizaron esos restos de cigarrillo en los lugares en los que
presuntamente se iniciaron los incendios y, ahora, los técnicos extraen
muestras para identificar a los culpables, aunque el conseller de
Interior, Felip Puig, ya ha advertido de las escasas posibilidades que
hay de encontrarlos.
Todavía es pronto para un balance de daños,
ya que los bomberos trabajan aún para evitar que el fuego se reavive,
especialmente en la zona próxima al embalse de Boadella.
Hay un
dato positivo, ya que algunos cultivos ejercieron como cortafuegos por
lo que hay zonas sin quemar, dentro del perímetro del incendio.
En
el balance negativo, las cuatro víctimas mortales de los incendios
declarados el domingo y los seis heridos que permanecen hospitalizados
en Barcelona y Girona, los bosques del Empordà que han resultado
gravemente afectados y algunas viviendas y granjas aisladas destruidas.
Los
diferentes ayuntamientos trabajan ahora para elaborar un listado de
daños y trasladarlos a la reunión prevista para el próximo viernes.
Ese
mismo día se ha anunciado que el fuego se dará por extinguido si no se
produce ningún cambio inesperado, por lo que ya se han reducido
notablemente los efectivos que trabajan en el incendio y que llegaron a
ser casi 1.400 en las jornadas críticas.
Ayer, fueron casi cuatrocientos los hombres destinados a las labores de extinción, apoyados por catorce medios aéreos.
El
suministro eléctrico está totalmente restablecido y únicamente se
cierran carreteras para facilitar los movimientos de los efectivos que
luchan contra el fuego.
Con las condiciones meteorológicas a
favor, las conversaciones de bomberos, forestales y militares que
participan en la extinción giran ahora en el centro de control en torno a
la virulencia del fuego en las primeras horas, el domingo.
El objetivo ahora es rematar los puntos calientes para poder declarar definitivamente extinguido el incendio. EFEverde
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