La mayoría de los españoles conoce qué es el gas natural, para qué sirve y de dónde viene, pero ¿qué se sabe sobre las dificultades estructurales y medioambientales que surgen para que el gas llegue a todas las casas de España?
En este sentido, la construcción de los gasoductos juega un
papel muy importante, ya que es un proceso difícil en el que se pueden
presentar dificultades como la de vadear ríos.
Muy poca gente
conoce qué se puede hacer cuando un río se atraviesa en el camino que
tiene que seguir un gasoducto para llegar a su destino.
Un río es
un obstáculo cuando se cruza en el trazado de un gasoducto, y para
salvarlo es necesario hacer un estudio que, en muchas ocasiones, alarga
los procesos de construcción y los hace más complicados de lo que en un
principio pueden parecer.
Sobre estas cuestiones, un portavoz de
Enagás, (empresa gestora y transportista de gas) afirma que
efectivamente uno de los mayores problemas que se presenta en la
construcción de gasoductos en España es cómo sortear los cauces
hídricos, algo que "se intenta evitar en todos los casos".
Sin
embargo, cuando es imposible evitar un río, el problema ambiental cobra
protagonismo, ya que se tiene que tomar la mejor decisión para intentar
que la construcción de gasoductos tenga el menor impacto posible sobre
el medioambiente.
La clave para garantizar un ínfimo daño
ambiental en estos casos es "escoger el método de construcción más
adecuado para cada tipo de cruce", explica el citado portavoz a
Efeverde.
Para estos casos, existen dos tipos de técnicas para hacerlo.
Una
es la denominada "a cielo abierto", que consiste en la instalación de
la tubería en el fondo del río, que se realiza desde la superficie.
Otra
técnica es la "perforación dirigida", en la que se hace un túnel bajo
el fondo del río, por donde se introducirá la tubería que transporta el
gas.
Cada uno de estos dos métodos citados tiene sus "pro y sus
contra", según Enagás, e incluso se puede dar el caso de que no siempre
sea posible escoger entre ambos por no ser factibles.
Quién
determina qué método es el mejor en cada caso es el Ministerio de
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ya que sin su aprobación del
diseño del cruce de un río no se puede empezar la obra del túnel que
transportará el gas.
Una vez que el proyecto está aprobado por los
órganos correspondientes, se comienzan las labores de construcción
velando en todo momento por el correcto cumplimiento de lo establecido.
Y todo ello, se lleva a cabo con un "seguimiento exhaustivo" por parte de la empresa que construye el gasoducto.
Con todo esto, se asegura que la operación sea totalmente segura desde el punto de vista medioambiental.
Otro
aspecto interesante a resaltar desde el punto de vista ambiental en la
construcción de gasoductos es el uso que se hace del agua en todo el
proceso de construcción de los mismos.
Cuando nos hablan de estos
procesos de construcción, da la sensación que se trata de una operación
agresiva que puede afectar a la calidad del agua.
Pero, según reconoce Enagás a Efeverde, el agua en estos procesos solo se usa para la realización de pruebas hidráulicas.
Con
ellas, se certifica la estanqueidad y resistencia del gasoducto antes
de su puesta en servicio, y una vez finalizada esta prueba, el agua se
devuelve al punto autorizado en perfecto estado, según Enagás. EFE
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