Más allá del oso Yogui y de los grandes geíseres de Yellowstone, en
EEUU hay otros muchos parques nacionales que merecen una visita. Algunos
son bastante desconocidos (sobre todo para los europeos), e incluso los
hay (casi) secretos. En ellos encontraremos sorpresas como antiguos
poblados escondidos bajo acantilados, los volcanes más grandes y más
activos del planeta, bosques que presumen de tener los árboles más
grandes del mundo o el cuarto sistema de cuevas más largo del mundo.01 Cañones, desiertos y paleontología
Parque Nacional de Big Bend, Texas
Cuando pensamos en parques naturales, sobre todo en América, nos
vienen a la cabeza grandes montañas, enormes bosques y geíseres
altísimos, pero en el profundo Sur, en la frontera texana con México,
encontramos otro tipo de parques, muy diferentes. Es el caso del Big
Bend, de casi 400 kilómetros, cuyos principales valores son la geología y
la paleontología. Las montañas Chisos se levantan justo en el centro de
este territorio protegido, dividiéndolo en dos: al oeste, las
espectaculares mesetas y formaciones rocosas que son el resultado de la
antigua actividad volcánica de la zona; al este se extiende el desierto.
En esta variada geografía viven pumas y osos negros, aunque es más
probable toparse con alguna de las 56 especies de reptiles y de los cien
tipos de aves que pueblan el parque. Con una altitud variable que
oscila entre 550 y 2400 metros sobre el nivel del mar, presenta
condiciones climáticas extremas, desde abrasadores desiertos y profundos
cañones junto al río Grande, hasta las frescas cumbres de los montes
Chisos. Por toda la franja fronteriza, los milenarios hallazgos
arqueológicos muestran que este siempre ha sido un lugar de especial
interés para el ser humano.
Hay pocos visitantes porque no es fácil llegar hasta aquí. Los
aeropuertos más cercanos están en Midland/Odesa (a 330 kilómetros) y El
Paso (a 580 kilómetros). Tiene más de 240 senderos, entre ellos algunos
cómodos y agradables como el Chisos Basin Loop Trail que arranca desde
el centro de visitantes (2,5 kilómetros), y otros más difíciles como el
Window Trail, de 8,8 kilómetros, que conduce hasta la Window, una
estrecha grieta en el cañón que enmarca una imponente vista hacia el
oeste. www.nps.gov/bibe
02 El secreto de los árboles gigantes
Parque Nacional de las Secuoyas, California
Un bosque de árboles gigantes en el parque Nacional de las Secuoyas y Kings Canyon, California. / Neale Clark
Gran parte de este parque es territorio desconocido, casi secreto, y
eso que está en California, el estado más poblado de Estados Unidos.
Mientras casi todos los ecoturistas se dirigen a Yosemite, los enterados
prefieren ir al Parque Nacional de las Secuoyas, en el sector
meridional de Sierra Nevada. El 84% de la reserva es zona virgen,
accesible solo a pie o a caballo, pero el esfuerzo vale la pena. Aquí se
encuentran, por ejemplo, los árboles más grandes del mundo, las
secuoyas gigantes, que llegan a medir hasta 85 metros. Otro récord: el
parque cuenta con la montaña más alta de Estados Unidos (sin contar
Alaska): el monte Whitney, de 4421 metros.
Dentro del parque de las secuoyas es especialmente recomendable
abrazar (o más bien intentarlo) los árboles de Giant Forest, un bosque
de 7,7 kilómetros cuadrados que protege las especies más colosales del
parque, entre ellos el árbol más grande del mundo: el General Sherman
Tree.
Este parque se creó en 1890 y cincuenta años más tarde se creó el de
Kings Canyon, contiguo a éste. Hoy ambos son gestionados como uno solo y
hay una única entrada para ambos (válida para siete días).
La temporada alta es julio y agosto. De septiembre a noviembre
presenta vivos colores y hay menos gente, pero puede nevar en cualquier
momento. www.nps.gov/seki
03 Salvaje y lejano
Puertas del Ártico, Alaska
Este parque no es secreto, ni mucho menos, pero es realmente difícil
llegar hasta él. Está en el norte de Alaska, uno de los mayores
territorios vírgenes del mundo, dentro del Círculo Polar Ártico. Salvaje
y remoto, cubre una vasta superficie de 39.460 kilómetros cuadrados,
casi como los Países Bajos. Es una de las reservas naturales más
valoradas por los estadounidenses, pero no es lugar para turistas
ocasionales, ya que carece de carreteras, senderos e instalaciones, y el
único centro reconocido para visitantes está en la carretera Dalton,
cerca de Coldfoot. Los ríos salvajes, los osos en libertad y los
imponentes montes Brooks aconsejan saber algo de supervivencia si
queremos recorrerlo a fondo.
El parque está tan lejos que casi todo el mundo llega en hidroavión desde Fairbanks, 320 kilómetros al sureste. www.airarctic.com
04 A la espalda del Gran Cañón
Cañón Bryce, Utah
No está lejos del conocido Gran Cañón y por eso suele pasar
desapercibido, pero quienes llegan hasta este espectacular parque se
encuentran con un paisaje realmente espectacular. El Cañón Bryce está a
330 kilómetros al noreste de Las Vegas, pero no podría estar más lejos
de las llamativas atracciones de la ciudad del juego: no hay luces de
neón, aunque las hoodoos de brillante color rojo y naranja
(columnas y arcos erosionados de roca blanda sedimentaria) resultan
igual de fascinantes. Su obra maestra es un anfiteatro natural de 19
kilómetros de largo, cinco de ancho y 240 metros de profundidad, con una
masa de agujas de roca que se alzan 60 metros sobre el valle. Las hay
de todos los colores y formas: desde sólidas torres y espigadas
formaciones como tótems.
El itinerario panorámico Rim Road Scenic Drive (30 kilómetros)
discurre junto al borde del cañón pasando por el centro de visitantes,
el refugio, increíbles miradores (no perderse Inspiration Point) y el
inicio de los senderos que recorren el parque. Finaliza en el Rainbow
Point.
Gracias a la lejanía de la localidad de Bryce y al aire
limpísimo, en una noche clara pueden verse hasta 7.500 brillantes
estrellas, el triple de la media de EEUU. www.nps.gov/brca
05 Un mundo rural de otra época
Parque Nacional de Shenandoah, Virginia
Este parque es de esos parajes tranquilos y relajados en los que el
tiempo parece haberse detenido y la calma se ha quedado enganchada entre
los árboles, pero también es uno de los parques nacionales más
espectaculares del país. Shenandoah se creó a mediados de los años
treinta, en medio de la frondosa Virginia. Gran parte de su extensión lo
ocupaban tierras de labranza cubiertas por manzanos, y ese ambiente
rural y calmado aún se respira al circular por Skyline Drive, la
carretera principal de 169 kilómetros que atraviesa el centro del parque
y recorre la espina de las Blue Ridge Mountains. Y aunque estas
montañas parezcan imponentes, para Estados Unidos son elevaciones
menores: la cima de Hawksbill alcanza sólo 1235 m. Shenandoah es un
lugar perfecto para relajarse, caminar por senderos rurales y acampar al
aire libre entre prados y robledales, y eso, en el siglo XXI, es algo
que vale la pena celebrar.
Se pueden explorar los senderos del parque a caballo, como los
granjeros de los años treinta. De abril a noviembre hay también
itinerarios guiados de una hora. El parque está a unos 120 km al oeste de Washington y la escapada desde la capital merece la pena. www.visitshenandoah.com
06 Este parque está en erupción
Volcanes de Hawai
Un río de lava del volcán Kilauea, el más activo de Hawai, explota al caer a las aguas del Pacífico. / Roger Ressmeyer
Este parque, con sus dos volcanes activos que dan fe del nacimiento
constante de estas islas, consigue destacar incluso entre las muchas
maravillas naturales de Hawai, y otros encantos turísticos. El Parque
Nacional de los Volcanes es una sorprendente concentración de maravillas
en erupción y ocupa el centro de la Isla Grande, formada por cinco
volcanes unidos, aunque de distinta edad, entre ellos el más grande la
Tierra: la cumbre del Mauna Loa alcanza los 4.169 metros sobre el nivel
del mar, pero bajo el lecho oceánico se prolonga otros cinco kilómetros,
por lo que en conjunto es más alto que el Everest. Por otro lado, el
joven Kinauea es el volcán más activo del mundo, ya que ha estado en
erupción casi sin descanso desde 1983. Se pueden ver alucinantes
desiertos de lava, humeantes cráteres, tubos volcánicos y antiguos
bosques húmedos. Con playas de arena negra, antiguos surcos de lava y
flujos piroclásticos todavía por descubrir, este parque nacional es una
auténtica joya de la naturaleza.
En la zona hay agradables cabañas de vacaciones y albergues. Para
los que puedan permitirse el lujo de un buen hotel, nada como el hotel
Halekulani, en la playa de Waikiki, uno de los hoteles más elegantes de
Hawai. Pocas veces la naturaleza está tan cerca del lujo. www.halekulani.com
07 Una de indios (y de historia)
Parque Nacional de Mesa Verde, Colorado
El estado de Colorado es famoso por las Montañas Rocosas, pero las
guías turísticas a menudo pasan por alto la riqueza histórica del Parque
Nacional de Mesa Verde. Está situado cerca de Four Corners (el lugar
donde se unen Colorado, Nuevo México, Arizona y Utah) y tiene un pasado
arqueológico sorprendente para los Estados Unidos. Envuelto en un velo
de misterio, el Mesa Verde es un parque nacional fascinante (y algo
tenebroso) para recorrer, con sus viviendas en las paredes rocosas y sus
verdes valles. Aquí desapareció la civilización de los indios pueblo en
el 1300 d.C., la compleja cultura de los cliff-dwellers o
moradores de las paredes rocosas. Precisamente, el principal atractivo
son las impresionantes casas en los acantilados de estas tribus, del
siglo XIII, que cuentan hasta cuatro pisos de altura. Se pueden visitar
algunas, y la experiencia de entrar por sus estrechos pasadizos y
escaleras es única.
La Step House y la Spruce Tree House se pueden visitar por cuenta
propia; para las demás hay que reservar en el Centro de Visitantes Far
View. Vale la pena reservar un día o más para seguir los circuitos
guiados por guardabosques a Cliff Palace y Balcony House, explorar la
Wetherill Mesa o participar en una acampada. www.visitwildalaska.com
08 Desafiando el viento
Parque Nacional de la Cueva del viento, Dakota del Sur
Formaciones de calcita en el Parque Nacional de la Cueva del Viento, Dakota del Sur. / Blaine Harrington III
No hay muchas cuevas que constituyan, por sí mismas, un parque
nacional, pero cerca de Hot Springs, en Dakota del Sur, está el Parque
Nacional de la Cueva del Viento. Actualmente es el cuarto sistema de
cuevas con mayor longitud del mundo, con más de 200 kilómetros de
pasadizos explorados, pero es legendario por sus características
formaciones de calcita llamadas enrejado y, sobre todo, por la
fuerza de las corrientes de aire (hasta 100 km/h) en su interior. Las
visitas guiadas se aventuran dentro de la red, desafiando su fuerza. Se
puede acampar en el cercano monte Elk, donde comienzan las praderas de
pastos mixtos y los bosques de pinos ponderosa, entre los que viven
bisontes autóctonos y alces.
Hay visitas guiadas por las maravillas subterráneas todo el año. En verano se recomienda llegar pronto para evitar colas. www.nps.gov/wica
09 El otro lago azul
Parque Nacional del Lago del Cráter, Oregón
Los grandes lagos norteamericanos son mundialmente famosos, pero casi
nadie sabe que Estados Unidos alberga el noveno lago en profundidad del
mundo. El Lago del Cráter, el más profundo del país con 594 metros,
ocupa una caldera extinta situada en pleno centro del Parque Nacional
del Lago del Cráter, en la lejana Oregón, casi en el Pacífico. Sus
tranquilas aguas azules y profundas reflejan los acantilados
circundantes como un espejo gigante. El secreto está en la pureza el
agua, ya que no hay ríos ni corrientes que alimenten el lago: procede en
su totalidad de la lluvia y la nieve derretida. Tampoco hay que
perderse los paisajes lunares de piedra pómez y ceniza, ni las altas
agujas creadas por la erosión en las antiguas zonas de erupción. Para
estirar las piernas, se puede recorrer parte del sendero de la Cresta
del Pacífico, de 4.260 kilómetros, un paseíto desde México hasta la frontera canadiense que pasa por ahí.
Para contemplar el lago hay una ruta de 53 kilómetros que lo
rodea (abierta desde junio a mediados de octubre). Otra opción es hacer
el viaje en barco desde Cleetwood Cove (de julio a septiembre, si el
tiempo lo permite). www.craterlakelodges.com
10 Piratas, naufragios, tortugas y corales
Parque Nacional de Tortugas Secas, Florida
Vista aérea del fuerte Jefferson, en el parque nacional de Tortugas Secas, en Florida. / Randy Wells
Los Everglades de Florida atraen a más de un millón de visitantes al
año, pero si se busca algo distinto y menos concurrido, hay que poner
rumbo a la punta sur de Cayo Oeste, hasta el mar, para hallar esta
inquietante mezcla de vida marina e historia militar. Es el parque
nacional más inaccesible de EE UU, ya que solamente se llega en barco o
en avioneta, pero el esfuerzo se compensa con lugares maravillosos para
bucear (con tubo o con botellas), observar aves y contemplar el
firmamento. Ponce de León, que visitó hace exactamente 500 años esta
zona, la bautizó como Las Tortugas, por la abundancia de esta especie.
La falta de agua dulce hizo que los marineros añadieran el dry (secas).
Se puede visitar el inacabado Fuerte Jefferson de la Guerra de
Secesión, a unos 110 kilómetros de la costa, una enorme fortaleza que
emerge de las aguas turquesa de Garden Key, en el golfo de México. O
conocer historias de piratas a través de los muchos pecios que yacen
bajo las aguas de estas siete islas de barrera coralina llamadas
Tortugas Secas, donde viven también unas 300 especies de aves, incluidos
la tiñosa común, el alcatraz enmascarado y el magnífico rabihorcado.
Una combinación excepcional que justifica el viaje.



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