Este trabajo
es un ejemplo de colaboración científica internacional. Inicialmente
fue concebido como un proyecto checo-yemení para la restauración de la
flora amenazada de la isla
ECOticias.
El estudio ha sido publicado recientemente con formato de libro como un suplemento de la revista Acta Entomologica Musei Nationalis Pragae
y está dedicado al estudio de la biodiversidad de los insectos de la
isla de Socotra. La mayoría de sus más de seicientas páginas se ocupan
del estudio del grupo de animales más numeroso en la isla, los
coleópteros, y en él se describen sesenta y nueve nuevas especies.
Este trabajo es un ejemplo de colaboración científica internacional.
Inicialmente fue concebido como un proyecto checo-yemení para la
restauración de la flora amenazada de la isla, pero pronto los botánicos
desplazados a la isla comenzaron a darse cuenta de la abundancia de
especies de insectos asociados a esas plantas.
Los ejemplares capturados en sucesivas expediciones han sido
enviados a numerosos especialistas en todo el mundo, entre ellos el
profesor Juan Antonio Delgado, del Departamento de Zoología y
Antropología Física de la Universidad de Murcia. Sus trabajos confirman
ahora que el apelativo de “las otras islas Galápagos”, otorgado por
los científicos al archipiélago de Socotra, es completamente acertado.
Cuatro nuevas especies de coleópteros acuáticos
Entre las especies descritas en el libro, se encuentran tres especies de coleópteros hidrofiloideos: Hemisphaera socotrana, Georissus maritimus y Georissus nemo
descritas por el profesor Delgado en colaboración con otros dos colegas
de Italia y la República Checa. Las tres especies habitan en distintos
humedales de la isla y han recibido nombres relacionados con su
distribución o hábitos de vida. Hemisphaera socotrana pertenece
a un género que consta de pocas especies y que se distribuye por las
costas del Mediterráneo y parte del océano Indico. Se estima que debe
tratarse de uno de los muchos endemismos de la isla y, por este motivo,
la han denominado utilizando el nombre de ésta.
Las otras dos especies pertenecen a un grupo de coleópteros distinto; “de ellas destaca por su interés Georissus nemo,
especie que, al contrario de sus parientes próximos, prefiere
sumergirse bajo el agua por largos periodos de tiempo”, explica cuenta
Delgado. La decisión de la especie de “aislarse por inmersión” de sus
parientes cercanos, recordó a estos investigadores la tomada por el
capitán Nemo en las obras de Julio Verne.
El nombre que esta especie ha recibido se inspira en esta idea y en
el hecho de que el novelista francés se inspiró en los paisajes de la
isla para ambientar algunos de sus libros. Para diferenciar a las
diferentes especies del género Georisssus se emplea la
rugosidad de sus élitros (primer par de alas transformadas en los
coleópteros en un estuche protector de las alas con las que realmente
vuelan), característica que ha sido estudiada en este caso empleando
técnicas de microscopía electrónica.
La cuarta especie descrita por Juan Antonio Delgado, esta vez en
colaboración con un colega del Museo de Historia Natural de Viena, es Limnebius dioscoridus
(Dioscoridion es el nombre con el que se conocía a la isla ya en el
siglo I a. de C.) y resulta ser una especie de coleóptero acuático
diminuta que ronda los 0,8 mm. Para estudiar esta especie se ha debido
diseccionar el sistema reproductor de la hembra y el macho sin destruir
al ejemplar. Dicho trabajo necesita de una especial pericia al tratarse
de una especie de tan reducido tamaño. Debe tenerse en cuenta que,
comparados con la cabeza de un alfiler, los ejemplares de esta especie
son manifiestamente más pequeños.
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