domingo, 17 de febrero de 2013

Sequía en la selva amazónica

[Img #12042]Una zona de selva amazónica el doble de extensa que California continúa sufriendo los efectos de una gran sequía desencadenada en 2005. Así se ha comprobado en un estudio dirigido por especialistas de la NASA.

La duración de tales efectos, su superposición parcial con los de otra sequía en 2010, y otros daños infligidos a zonas de selva en el sur y el oeste de la Amazonia durante la década pasada, sugieren que la carismática selva amazónica puede estar exhibiendo ya las primeras señales de una potencial degradación a gran escala provocada por el cambio climático global.

Un equipo internacional de investigación dirigido por Sassan Saatchi, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL), de la NASA, en Pasadena, California, analizó más de una década de datos reunidos desde satélites entre 2000 y 2009 sobre la Amazonia.

Los científicos han descubierto que durante el verano de 2005, más de 700.000 kilómetros cuadrados (70 millones de hectáreas ó 270.000 millas cuadradas) de selva virgen en el suroeste de la Amazonia experimentaron una sequía intensa y extensa. Esta megasequía provocó amplios cambios en la cubierta o "tejado" vegetal formado por las copas de los árboles selváticos. Dichos cambios fueron detectables por satélite.

Estos cambios sugieren que la sequía provocó daños severos, que culminaron con la caída de árboles, sobre todo entre los más viejos, grandes y vulnerables.

Aunque los niveles de lluvia se recuperaron gradualmente en años posteriores, los daños en la cubierta forestal o dosel arbóreo persistieron hasta la siguiente sequía importante, que comenzó en 2010. Cerca de la mitad del terreno selvático afectado por la sequía de 2005, un área del tamaño de California, no se había recuperado cuando el satélite QuikScat dejó de recopilar datos globales en noviembre de 2009, antes del inicio de la nueva sequía extensa de 2010.

La mayor sorpresa, tal como confiesa Yadvinder Malhi, de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, y miembro del equipo de investigación, es que los efectos hayan persistido años después de la sequía de 2005. Los científicos habían esperado que el dosel arbóreo se recuperara un año después, con un nuevo incremento en el crecimiento de hojas, pero los estragos, por lo que parece, persistieron hasta la posterior sequía de 2010.


A la izquierda, la extensión de la megasequía de 2005 en el oeste de la selva tropical amazónica durante los meses veraniegos de junio, julio y agosto, según las mediciones hechas por satélites de la NASA. Las áreas más afectadas se muestran con tonos rojos y amarillos. El área en un círculo en el recuadro derecho muestra la extensión de las zonas que experimentaron una recuperación lenta tras la sequía de 2005, siendo las áreas en rojo y amarillo las que experimentaron la recuperación más lenta. (Imagen: NASA/JPL-Caltech/GSFC)

Las recientes sequías amazónicas han llamado la atención sobre la vulnerabilidad de los bosques tropicales al cambio climático. Los datos obtenidos en tierra o por satélite han mostrado un aumento en los incendios forestales durante los años de sequía y en la muerte de árboles después de sequías intensas. Las sequías a gran escala pueden conducir a una liberación continuada y abundante de dióxido de carbono por la madera en descomposición, afectando así a los ecosistemas y al ciclo del carbono de la Tierra.

Las megasequías pueden tener efectos duraderos sobre los ecosistemas de selva tropical. Los resultados del nuevo estudio sugieren que si las sequías continúan a intervalos de 5 a 10 años, o aumentan su frecuencia por culpa del cambio climático, es probable que grandes áreas de la selva amazónica se vean expuestas a los efectos persistentes de las sequías y a la lenta recuperación forestal resultante. Esto puede alterar la estructura y funcionamiento de ecosistemas de la selva tropical amazónica.

El equipo de investigación encontró que el área afectada por la sequía de 2005 fue mucho más extensa de lo que los científicos habían pronosticado. Alrededor del 30 por ciento (1,7 millones de kilómetros cuadrados, ó unas 656.000 millas cuadradas) del total actual de selva en la cuenca del Amazonas se vio afectada, experimentado condiciones severas de sequía más del 5 por ciento de la selva.

La sequía de 2010 afectó a casi la mitad de toda la selva amazónica, experimentando condiciones severas de sequía casi una quinta parte de esta selva. Más de 600.000 kilómetros cuadrados (unas 232.000 millas cuadradas) de la zona afectada por la sequía de 2005 también se vieron afectados por la sequía de 2010. Este "doble golpe" de sequías sucesivas puede que se convierta en un fenómeno habitual para el sur y el oeste de la Amazonia.

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