Amantes de la
naturaleza, en compañía o en solitario, a los parlamentarios también les
gusta "perderse" de vez en cuando por los bosques de España, el país
con más biodiversidad de Europa y casi 15 millones de hectáreas de
arbolado.
Algunos de ellos, entrevistados por Efeverde, han destacado la
"magia" de sus paseos, el sonido y también el color de los parajes
naturales a los que acuden regularmente para relajarse, pensar, o estar
en familia.
La caja de cemento que en su día fue el cauce del río
Arlanzón a su paso por Burgos es hoy un paraje de alisos, fresnos,
martines pescadores y ánades reales que contempla en familia el
exministro de Trabajo y diputado del grupo popular Juan Carlos Aparicio.
Para
este licenciado en Ciencias Químicas, casado y con tres hijos, el
paraje en sí resulta muy agradable por su biodiversidad, aunque también
frecuenta el paseo de chopos que dan sombra al río Vena y el
"tradicional" Paseo de la Isla, considerado un verdadero jardín
botánico.
La ribera, pero del río Miño, es el paisaje escogido por
Miguel Fidalgo, senador socialista y portavoz de Medio Ambiente en la
Cámara Alta.
Todos los días que puede, disfruta de "la magia" de
las márgenes del río, a la altura de la localidad de Francelos (Orense),
donde confluye el Miño con el Avia, en una tierra de vegetación
autóctona y de gran riqueza enológica por sus viñedos de Ribeiro,
siempre en compañía de su mujer y su hija.
Sin salir de Galicia,
la diputada del grupo popular Ana Belén Vázquez Blanco explica que su
lugar preferido es el Parque Natural de Xurés en Bande (Orense) por la
"frondosidad" de su bosque, y donde el color "se confunde con el olor
verde".
En esta zona que limita con el parque Nacional
Peneda-Gerés de Portugal, la diputada se da su "caminata" en compañía de
su perra Luna, ejemplar de pastor alemán.
Ella y su colega de
EAJ-PNV, Joseba Agirretxea, han remitido a Efeverde algunas de las
fotografías de su autoría sobre los caminos y riscos por los que pasean.
Concretamente a Agirretxea le gusta pasear por el Parque Natural de Gorbea, en Álava, cerca de Burbona, subiendo el río Bayas.
Suele
acudir cuando es temporada de setas. En otoño los colores de los que se
tiñe este espacio natural lo convierten, dice, en un "auténtico
paraíso".
Portavoz de su grupo en la comisión de Medio Ambiente
del Congreso, Agirretxea también camina por la sierra de Aralar, que
comparten Navarra y Guipúzcoa.
Cualquier paisaje nevado del
Pirineo, por ejemplo Camporells (Aragón), le gusta al diputado de
Izquierda Plural, Joan Coscubiela "y si puede ser de noche y con luna
llena mejor".
Coscubiela se declara gran amante de la naturaleza y
cita también para perderse en Collserola (Barcelona) y sus espacios
desconocidos; la Garrotxa (Gerona) por sus colores de otoño y el Pirineo
por su silencio. "Cada bosque -asegura- tiene su momento".
Y del
Pirineo, al Real Sitio de San Ildefonso, también conocido como La Granja
(Segovia), lugar de disfrute del senador socialista Félix Montes, al
que además le gusta recoger boletus, y en verano disfrutar del frescor
de los jardines, unas veces solo y otras en compañía de su mujer e
hijos.
Pero hay más bosques y espacios naturales para perderse,
como Las Fragas do Eume (Galicia); Somiedo (Asturias); Irati (Navarra);
Ordesa (Huesca); el Castañar de Hervás (Cáceres); la Sierra de Segura
(Jaén); la de Grazalema ( Cádiz y Málaga); el Parque Nacional de
Garajonay (La Gomera) y La Caldera de Taburiente en La Palma. (EFE)
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