La primera
bombilla sin obsolescencia programada, ecológica y económica que se
comercializa apareció en España el pasado año y, el próximo mes de
septiembre, el mismo equipo, OEP Electrics, abrirá una nueva planta para
su fabricación en la localidad barcelonesa de Lliçá de Vall.
El presidente de la compañía OEP Electrics, Benito Muros,
explicó a EFEverde que su intención no era vender bombillas sino
demostrar que se podía fabricar de otra manera, e intentar "cambiar por
un modelo de sostenibilidad, el modelo económico actual, basado en el
crecimiento, así como un deterioro del medio ambiente, que utiliza
materias primas de forma innecesaria".
Obsolescencia programada
(programación de la vida útil de un producto) es la que tienen la mayor
parte de los artículos y por la que, desde su fabricación, deben dejar
de ser útiles en un tiempo límite. El equipo de OEP Electrics está en
contra de esta forma de fabricar que ha hecho posible el eslogan
'Comprar, tirar, comprar'.
El presidente de OEP explicó que se
trata de una bombilla fabricada con LED (diodo emisor de luz), que
permite un ahorro con respecto a la incasdencente convencional de un 92 %
en la factura eléctrica y de un 68,42 % con respecto a los sistemas
fluoroscentes o de bajo consumo habitual.
La inspiración para
Muros fue la famosa bombilla que cuelga en el cuartel de bomberos de
Livermore, California, y que lleva 112 años brillando sin haberse
apagado por si sola nunca. Se encendió por primera vez en el año 1901 y
está incluida en el libro Guinness de los récords por ser la bombilla
más resistente y duradera de la historia.
Muros recordó que fue en
1999 cuando le llamó mucho la atención la existencia de esa bombilla.
"En aquel momento pude hablar con algún descendiente del fabricante y,
aunque no pudo darme muchos datos de cómo lo hizo, sí pude obtener las
claves para empezar la investigación".
El hecho de que no se
fundan nunca, explicó su creador, es porque en su fabricación no se
utiliza hierro carbónico sino que se elimina el carbono de los
componentes electrónicos, y también se suprime el oxígeno.
Después
se añaden dos materiales más que se compactan a muchos más grados de
los que tendrá que soportar en toda su vida útil, de forma que se
lleguen a juntar de tal manera las moléculas, que no permiten las
usuales microrroturas que hacen que exista una dispersión de electrones y
lleguen a fundirse.
Como subrayó Muros, "estas bombillas emiten un 70 % menos de CO2 a la atmósfera, no se calientan y no se reciclan".
La
empresa ha llegado a un acuerdo con varias ONG para trasladar las
nuevas bombillas al Tercer Mundo, porque son las únicas bombillas del
mundo que están fabricadas para que se puedan utilizar igualmente en
África, en Latinoamérica, en EE.UU., en Asia o en cualquier continente,
ya que funcion en una banda entre los 85 y 265 voltios.
El
presidente de OEP explicó que se trata de una bombilla standard,
equivalente a 100 watios de la tecnología convencional, que en este caso
se convierte en un consumo de 6 watios y cuesta 25 euros, es decir, es
un 35 % más económica que las que hay en el mercado con obsolescencia
programada de tecnología LED, y es un poco más cara que las de bajo
consumo de alta gama.
La bombilla ha sido adquirida en España para
su instalación en hoteles, restaurantes o farmacias, aunque donde más
éxito ha tenido ha sido en Latinaomérica, donde países como Cuba, Panamá
o Brasil realizan pedidos para cadenas de televisión, compañías
telefónicas o eléctricas.
A nivel particular se venden a través de
tiendas online que tiene la empresa, aunque ya hay comercios que la
ofrecen, en Cáceres, Granada, Valencia y, desde el próximo mes de julio,
otra en Barcelona.
Al mismo tiempo que se inaugure la nueva
planta, el equipo de OEP presentará su proyecto para dar fin a la
obsolescencia programada que sustenta el actual modelo económico.
EFEverde
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