La organización ecologista WWF ha abogado por la
implantación de la Euroviñeta para los camiones que transportan
mercancías en España, en su informe anual sobre Emisiones de Gases de
Efecto Invernadero.
Esta petición figura en sus recomendaciones sobre política
energética, dentro del apartado sobre Fiscalidad Verde en el Transporte,
junto a la implantación del cobro directo en la red española de
autopistas libres de peaje.
Pide también la reserva de un porcentaje de la recaudación del
Impuesto sobre Carburantes, mediante un gravamen especial a los
vehículos que más contaminan.
Otra petición se centra en un trasvase modal hacia el transporte
público, sobre todo orientado hacia el ferrocarril eléctrico, así como
una renovación de flota con prioridad hacia la sostenibilidad
medioambiental.
En cuanto a los vehículos privados, WWF defiende una disociación de
su propiedad a través de nuevas fórmulas de uso como el carsharing, el
carpooling, la gestión inteligente de flotas...
En el transporte público pide planes de oferta integral más
competitivos y la combinación de redes ferroviarias y redes de autobús,
además de una red de aparcamientos disuasorios.
En este campo, para esta asociación, juega un papel protagonista el
vehículo eléctrico, cuya promoción debe estar acompañada de ventajas
fiscales y facilidades técnicas, además de planes de electrificación
para el transporte público y mejora de la eficiencia de las flotas con
motor diesel.
WWF apunta que las emisiones de gases de efecto invernadero
provocadas por el transporte se han incrementado un 43,7 % entre 1990 y
2012, posicionándose como la segunda causa contaminante, tras la
generación de electricidad, con el 23,5 % del total de emisiones, frente
al 21,7 % del transporte.
No obstante, matiza que esa tendencia de crecimiento en el periodo
analizado se "frenó en seco" en 2008 por efecto de la crisis económica,
pues hasta 2007, en el caso del transporte por carretera, estuvieron
"desbocadas".
Se achaca esta reducción al aumento del precio de los carburantes y a
la importante reducción que provocó en los desplazamientos laborales y
de las mercancías.
La organización ecologista entiende que una pequeña porción de ese
drástico descenso en las emisiones desde el inicio de la crisis se deba a
política municipales de electrificación del transporte público y
movilidad urbana en bicicleta, en tanto que, desde la Administración, se
ha potenciado el transporte de personas en ferrocarril en detrimento
del avión.
Por contra, lamenta que, al tiempo que se promovían estas iniciativas
de movilidad limpia, se hayan seguido incentivando las infraestructuras
viarias para el automóvil y las redes de aparcamientos, con el añadido
del cierre de líneas de ferrocarril.
Bajo criterios de "política real", WWF dice que se da todavía
prioridad al automóvil privado en el transporte urbano e interurbano y
al camión en el de mercancías.
Advierte, en este sentido, del riesgo de que las futuras políticas de
salida de la crisis promocionen inversiones dirigidas a estas fórmulas
de movilidad tradicional.
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