Cientos de
policías antidisturbios irrumpieron esta semana en el campamento de
Pungesti, que se había levantado a mediados de octubre.
ECOticias.
Ecologistas en Acción ha enviado una carta a la Embajada de
Rumanía en protesta por el desalojo violento de un campamento de
resistencia frente a un proyecto de fractura hidráulica. La
organización se solidariza con el movimiento social rumano y advierte
que el fracking se está convirtiendo en símbolo de la crisis climática y
de una crisis democrática global.
Cientos
de policías antidisturbios irrumpieron esta semana en el campamento de
Pungesti, que se había levantado a mediados de octubre. Los habitantes
de la localidad rumana se oponían así a los planes de Chevron de
perforar un terreno cercano en busca de gases no convencionales
mediante la técnica del fracking. La movilización social había obligado
a la compañía a suspender las obras de perforación.
Los ocupantes del campamento, que estaba situado en un terreno
privado de uno de los resistentes, fueron desalojados con violencia,
incluyendo niños y ancianos. Algunas personas necesitaron atención
médica. Muchos fueron arrestados y, tras ser liberados, fueron
multados. Según fuentes sobre el terreno, dos personas se enfrentan a
acusaciones criminales. Las carreteras de acceso a la zona se
encuentran aún cortadas desde el desalojo. No se permite el movimiento
de la población. Los niños no pueden ir a la escuela o al hospital. El
acceso a la prensa está prohibido.
Ecologistas en Acción quiere denunciar la actitud represiva y
antidemocrática del gobierno rumano, no solo por la actuación
intolerable contra sus ciudadanos, sino también por haber traicionado
sus promesas de prohibir la fractura hidráulica que contribuyeron a su
triunfo en las elecciones de mayo de 2012.
También denuncia la actitud de Chevron, que mantiene un discurso
público de respeto ambiental y social, mientras desarrolla actividades
altamente contaminantes y antepone sus intereses al respeto a los
derechos humanos.
Chevron ha llevado a los tribunales a los campesinos polacos que
desde hace meses impiden sus perforaciones en Zurawlow. Y al mismo
tiempo lanza una campaña de limpieza de imagen en la que se muestran
fotos de lugareños felices con el hecho de que Chevron explote el gas de
esquito “con responsabilidad” [1].
El fracking se está convirtiendo así en un símbolo de una crisis
doble. Por un lado, de la crisis climática, al evidenciar que no existe
voluntad política de acometer un cambio radical en el modelo
energético. Por otro, de la crisis democrática global en la que la
represión y la imposición de políticas que colocan los intereses
privados por encima del bien común, van de la mano.
Ayer fue Balcombe en Reino Unido, New Brunswick en Canadá, Zurawlow
en Polonia. Esta semana ha sido Pungesti en Rumanía. Mañana, al amparo
de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana que prepara el gobierno español,
puede ser aquí.
Ecologistas en Acción quiere exigir una vez más al gobierno español
que escuche las voces de numerosas plataformas y grupos ciudadanos del
Estado que se oponen a la fractura hidráulica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario