viernes, 28 de octubre de 2011

Criar atún en cautiverio

La especie del atún rojo es altamente apreciada en la gastronomía mundial, demanda que ha presionado hacia su sobrepesca haciéndola llegar a niveles alarmantes, pero la cara positiva de esta realidad es que esta demanda  ha estimulado la cría del atún rojo en piscifactorías, bajo condiciones artificiales, creándose un modelo y una opción sustentable para satisfacer la demanda sin poner en peligro a la especie.
Evelyn Pallotta. 
 España lidera la carrera para criar en cautiverio el atún rojo y es un centro público el que logra los avances,  el Instituto Español de Oceanografía situado en la costa de Murcia (Méndez, 2012).
En la unión está la fuerza
Cuando se evidenciaron hace 11 años los efectos nocivos de la sobrepesca en el Mediterráneo, la Unión Europea comenzó a diseñar planes para revertir esta realidad con la participación de las academias, entes de los estados y empresas  de ocho países ubicados en el Mediterráneo. Como todo proyecto necesitaba financiamiento para su ejecución, se creó un fondo con 4,3 millones de euros, pero no todo es perfecto, se tenía la voluntad política, el plan y el financiamiento pero surgió un inconveniente propio del comportamiento de estos peces bajo estas nuevas condiciones de cautiverio. El atún como lo hace en el mar abierto, al menor estímulo sale nadando velozmente, esa reacción llevada a cabo en piscinas de cultivo hacía que los alevines -peces juveniles-  se estrellaran contra las paredes de las piscinas y murieran. Hubo que vencer el obstáculo, se incorporó al equipo talento humano proveniente del Japón, y fue así como con el trabajo en equipo de científicos, decisores  y empresas  logró en corto tiempo el objetivo, criar atún rojo en cautiverio.
El proyecto que comenzara en el año 2008 avanzó en el 2009 consiguiendo la sobrevivencia de atunes juveniles durante 73 días, en el 2010 lograron la sobrevivencia a 110 días, y en el 2011 se logra una experiencia piloto con 300 ejemplares de más de 1 Kg de peso y sobrevivencia de cuatro meses.
Piscifactoría y progreso
Esta experiencia en equipo y liderizada a través de un organismo público sin lugar a dudas ha propiciado el progreso a su alrededor. Se ha instalado una empresa para producir alevines en un año con una inversión proyectada de 12 a 15 millones de euros.
Se continúa invirtiendo en investigación para lograr metas más retadoras de sobrevivencia y peso en los ejemplares que puedan mantener la industria gastronómica y la seguridad alimentaria de muchos países.
En el caso de la gastronomía Japonesa por ejemplo, el atún rojo tiene un amplio uso como ingrediente principal en la elaboración de sushi y sashimi. Por cierto, esta gastronomía es cada vez más apreciada en nuestro país y puede medirse su auge por la proliferación de establecimientos comerciales instalados tanto de comida japonesa rápida,  despacho a domicilio  como también de restaurantes de mayor envergadura para captar clientes con ingresos elevados.
Críticas al enfoque
Las críticas al enfoque sustentable de la producción de peces bajo condiciones de cautiverio, en granjas se ha centrado en el ámbito económico financiero. Se argumenta que es más barato salir al mar, pescar el atún de 300 Kg y venderlo cada uno en 6 mil euros que invertir para producirlos. O también, que es más barato salir al mar, pescar atunes y llevarlos a crecer en cautiverio hasta que alcancen la talla y peso adecuados para su mejor venta.
No obstante  estos argumentos, meramente económicos-financieros que hay que considerarlos siempre, exponemos que hay que tomar en cuenta todas las variables posibles y su desarrollo en el tiempo para realizar el adecuado análisis de entorno, minimizar los riesgos a la hora de planificar e invertir tanto en talento humano como en progreso. La realidad a lo que nos apunta a gritos es que tomando en cuenta el ámbito económico-financiero solamente,  hemos llevado a la merma y a la casi desaparición la especie, no sólo eso, sino que cada vez hay que navegar más mar adentro para poder encontrar algunos ejemplares de atún rojo, por su puesto con unos costos asociados cada vez más elevados tanto en el ámbito ambiental como en el social y en el económico-financiero.  Usar meramente un argumento económico-financiero es un ritornelo que se ha replicado en materia de uso de recursos naturales y siempre el propio ecosistema tiene la respuesta contundente, la degradación ambiental, la contaminación y la ineficacia.
Lo que llamamos los científicos el tiempo cero, el tiempo al inicio de las medidas, ya lo sobrepasamos en el caso del atún rojo, y hay que solapar el argumento económico-financiero al tiempo real, dicho de otra forma, en la actualidad el océano no está lleno de atunes rojos, no estamos en la situación inicial, ya los consumimos y a una velocidad más alta que la velocidad de su reproducción, por lo que creer que salir y encontrar atunes por doquier para pescar es una falacia.
En el caso particular que nos ocupa,  de la Gándara, investigador del Ministerio de Ciencia de España nos explica que la mejor prueba a favor de esta  opción sustentable es que casi toda la dorada y la lubina, peces que se vende en su país, ya es de piscifactoría.
Olfato de inversionistas
Los inversionistas olfatean un gran negocio. La captura del atún se ha convertido, usando el enfoque tradicional actual en un proceso degradante desde el punto de vista ambiental e insostenible desde el punto de vista económico-financiero; cada vez hay que invertir en más tecnología, implementos, estructuras para ir logrando menos  y por otra parte el negocio del atún permitió transacciones  en el año 2000 del orden de los 6 mil millones de dólares, por eso es un negocio atractivo.
Lo que has leído sobre el atún rojo, es perfectamente aplicable a otras especies de peces o moluscos, por ejemplo las ostras o vieiras altamente apreciadas también en la industria gastronómica internacional.
Nadie dijo que es fácil, pero tampoco nadie dijo que es imposible. Unidos  y con disciplina lo podemos lograr!

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