La situación del urogallo cantábrico (Tetrao urogallus cantabricus)
en la parte oriental de la Cordillera Cantábrica es muy grave, tanto
que “está al borde de la extinción” y es casi inviable que la población
existente sobreviva sin la introducción de otros ejemplares. Un
proyecto Life+ trabaja desde 2010 para, entre otras cosas, restaurar y
mejorar su hábitat, con el objetivo de que esta especie mejore su
estado de conservación en la Reserva de la Biosfera de Picos de Europa y
el resto de la Cordillera Cantábrica. Entre las labores de
acondicionamiento que se están realizando se encuentra el clareo y
desbroce de las zonas donde limitan los bosques (supraforestales), las
más utilizadas por las hembras con pollos.
ECOticias

En la Cordillera Cantábrica viven entre 250 y 300 machos de un
ave que en Europa cuenta con aproximadamente dos millones y medio de
individuos y que en territorios del norte como Rusia o los países
escandinavos es incluso una especie cinegética. Se estima que en los
últimos 15 años el número de machos en los cantaderos ha disminuido
entre el 25 y el 50 por ciento, de ahí que se estableciera este plan
Life+ de mejora de las zonas en las que habita.
“El problema fundamental del urogallo es que no sabemos con precisión
sobre qué campos hay que actuar para frenar el declive de la
población, no sabemos cuál es el factor principal que está provocando
que se extinga”. Lo más probable es que esta merma de las colonias sea
una consecuencia de la combinación de diferentes factores que afectan a
la vida del urogallo, ha destacado a DiCYT Javier Purroy, portavoz de
la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife), una de las partes
participantes en el proyecto.
Entre las causas que afectan a esta especie se encuentra su suma
fragilidad a la fragmentación y la alteración de su hábitat, es decir, a
cualquier tipo de pista forestal, tendido eléctrico, parque eólico o
explotación minera a cielo abierto que se levante en él. “Ése es uno de
los factores principales en la Cordillera Cantábrica, un medio muy
humanizado”, ha aseverado.
Otra de las razones de su debilidad es que anida a ras de suelo, lo
que aumenta el riesgo de que sea víctima de predadores como el zorro o
el jabalí. Además, se cree que con el calentamiento global el área de
distribución de las especies va a tender a desplazarse hacia el norte,
de ahí que la población urogallo de España merme, ya que es la más
meridional del mundo.
En esta situación, es necesario promover una serie de políticas para
la mejora de los espacios en los que vive. “El urogallo necesita un
hábitat muy variado. En algunos lugares de la Cordillera Cantábrica se
ha visto, por ejemplo, que las zonas por encima del bosque están muy
cerradas por brezo y piorno, y lo que le conviene al urogallo son zonas
arbustivas donde obtener refugio y presencia de áreas despejadas y con
arándano, una de las principales plantas de las que se alimenta. Es
decir, que haya un conjunto de hábitats entrelazados y la máxima
diversidad posible”, ha apuntado.
Algunas actuaciones
La regeneración del acebo (Ilex aquifolium) y del arándano (Vaccinum myrtillus),
consideradas especies clave para el urogallo cantábrico es otra de las
medidas contempladas en el proyecto Life+, junto con la reforestación
de corredores de comunicación para asegurar la conectividad entre
núcleos de población o la señalización y corrección de infraestructuras
peligrosas para la subespecie, como tendidos eléctricos o vallados
ganaderos. La puesta en marcha de un programa de cría en cautividad de
la especie, así como de una reserva genética de la subespecie cantábrica
son otras de las acciones que se están llevando a cabo.
Asimismo, desde SEO/Birdlife están elaborando una serie de
materiales divulgativos del proyecto, y durante los próximos años se
organizarán voluntariados y campos de trabajo centrados en el urogallo
en distintos espacios de la Cordillera Cantábrica, además de distintas
actividades de educación ambiental. Una exposición itinerante y
jornadas divulgativas sobre la especie con distintos colectivos
implicados (cazadores, ganaderos y técnicos, entre otros) son otras de
las medidas de difusión propuestas.
El proyecto, coordinado por la Fundación Biodiversidad, está
cofinanciado al 50 por ciento por la Unión Europea y cuenta como socios
con las comunidades autónomas de Galicia, Cantabria, Principado de
Asturias y Castilla y León, esta última a través de la Fundación
Patrimonio Natural de Castilla y León. Participan también en él el
Organismo Autónomo Parques Nacionales, SEO/BirdLife y la Fundación
Iberdrola.
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