Rusia vivió hoy el mayor evento cultural del año: tras someterse durante seis años a una profunda reconstrucción, el Teatro Bolshoi
reabrió sus puertas con un grandioso concierto de gala dedicado a su
historia, dominado por obras inmortales del repertorio clásico ruso.
El programa del evento reunió en la escena del Bolshói a estrellas mundiales tales como Svetlana Zajárova,
Plácido Domingo, Dmitri Jvorostovski, Natalie Dessay y Violeta Urmana.
Durante el recital se interpretaron fragmentos de obras de Yuri
Grigoróvich, Alexéi Ratmansky y Pierre Lacotte.
La flor y la nata de la sociedad de Rusia, así como eminentes figuras
extranjeras, como la actriz Mónica Bellucci, honraron al renacido
Bolshói con su presencia.
La ceremonia de gala fue inaugurada por el presidente de Rusia, Dmitri
Medvédev, que destacó que la versión actualizada del Bolshoi combina las
altas tecnología con el espíritu y tradiciones del teatro clásico.
"Nuestro país siempre ha encontrado recursos para que el Bolshói esté
en condiciones adecuadas. Sucedió hace 150 años, y ha sucedido hoy.
Estoy absolutamente seguro de que todo lo que se ha hecho estará al
servicio de las generaciones venideras, a todos los que aman el Teatro
Bolshói”, dijo Medvédev.
Tras su intervención, un insólito coro ataviado con monos y cascos de
obreros de la construcción interpretó sobre el escenario la parte final
de la ópera 'Iván Susanin' de Glinka. El director ruso Dmitri Chernyakov
construyó esta metáfora posmoderna en torno a la idea del regreso del
Teatro Bolshoi 'a casa': a su escena principal. La gala contó con la
participación de casi toda la compañía del teatro.
La ceremonia de inauguración fue retransmitida por todas las cadenas rusas y muchas europeas.
El primer estreno de la temporada será la ópera 'Ruslán y Liudmila' del
legendario compositor ruso Mijaíl Glinka. Durante muchos años esta obra
no fue accesible para los espectadores, ya que su versión original
requiere decorados grandiosos que sólo 'caben' en la escena histórica.
Los artistas comentan que los ensayos no han sido nada fáciles: les
acompañaban los ruidos de taladradoras y de los martillos. Sin embargo,
esperan que la versión auténtica de la ópera impresione mucho a los
aficionados y cree una verdadera atmósfera festiva, ya que -como
subrayan-, es una de muy pocas óperas rusas con final feliz.
Las obras de reconstrucción han devuelto a la sala histórica su
interior del siglo XIX y su acústica original. El área del teatro ha
aumentado en dos veces y se han creado nuevos espacios para los ensayos,
lo que permitirá trabajar con óperas y ballets a la vez.
El Bolshoi nació hace 235 años, en 1776, cuando la emperatriz Catalina
II ordenó construir un teatro en Moscú. Desde entonces el edificio
sufrió cuatro incendios grandes, además de grandes destrozos causados
por una bomba de la Segunda Guerra Mundial. En tres ocasiones cambió su
diseño. El edificio actual corresponde al proyecto de 1821, vigente
desde el 20 de agosto de 1856, en su versión restaurada tras el cuarto
gran incendio de 1853.
Puede ver la entrevista de la primera bailarina del
Bolshói, Svetlana Zajárova, donde habla de sus expectativas después de
la renovación del teatro, aquí.

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