En la región de Los Urales, numerosas fábricas y una gran concentración
de recursos naturales generan importantes beneficios para Rusia. Pero,
al mismo tiempo, algunas de las plantas producen hasta un tercio de la
contaminación de todo el país.
Los efectos de la contaminación
en la ciudad se pueden ver en cada rincón de su paisaje. Sus huellas se
perciben en los colores llamativos de su tierra estéril y en las
montañas de desechos tóxicos que cubren parte de su horizonte.
La gran cantidad de recursos naturales de esta región, situada en el
corazón de los Urales, genera importantes beneficios para el país. Pero,
paradójicamente, estas fuentes de ingresos se han convertido en el peor
enemigo de esta ciudad.
En 1989, la Organización de las Naciones Unidas nombró a Karabash como la ciudad más contaminada del planeta.
Desde años, la naturaleza lleva dando muestras inequívocas de que algo
no funciona bien en la región. Una tercera parte de los ríos de los
Urales han perdido su biodiversidad.
"Por la mañana el río es
de color naranja, durante el día cambia su color a verde y por la noche
es azul. Es una locura. Además, el aire aquí no es limpio debido a la
planta química", señaló a RT Igor Falajutdínov, ciudadano de Pervouralsk.
Río color naranja. Foto: postomania.ru
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La empresa de cobre Russkaya Mednaya Kompania tiene mucho que decir
sobre la polución existente en Karabash. Lleva 100 años funcionando en
este mismo lugar y, sin embargo, lo único que ha cambiado son sus
directores.
“Al llegar en el 2003, nosotros comenzamos una
renovación profunda para respetar el medioambiente. Tú puedes ver por ti
mismo los problemas que nuestra compañía ha asumido de nuestro pasado",
explica Alexéi Bakin, el actual director de la empresa metalúrgica
Russkaya Mednaya Kompania.
Según Bakin, el periodo soviético
dejó una herencia nefasta para el medioambiente en esta ciudad. En 1975,
Kabarash amontonaba más de 450 mil toneladas de desechos tóxicos. En
los años 90 parecía que la solución fue cerrar la empresa, pero el
remedio casi fue peor que la enfermedad.

En la actualidad, esta compañía de cobre lucha por minimizar la contaminación, aunque el proceso es muy lento.
A pesar de que los desechos industriales se han reducido en un 60% en
los últimos diez años, montañas de residuos siguen formando parte de la
ciudad de Karabash y, lo que es peor, aun sigue teniendo consecuencias
muy graves para el medioambiente y para sus ciudadanos.
Montañas de residuos. Foto: postomania.ru
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Según datos oficiales, cada mes se descubren 36 casos de cáncer en la ciudad. En la sangre de los recién nacidos hay metales pesados y muchos ciudadanos tienen problemas en su aparato digestivo.
Natalia Smólnikova, ciudadana de Karabash, cuenta: “Aquí mueren más personas de las que nacen. Cada día enterramos a una o dos personas y nacen en torno a 15 personas al mes”.
De acuerdo con estudios realizados por agrupaciones ecologistas de la región, un tercio de la contaminación en Rusia se genera en los Urales. Esta es una situación que desde hace años es insostenible para su población.
Esta ciudad es sólo un ejemplo de las muchas que sufren este mal endémico de la polución en la región de los Urales. El tiempo corre en contra de sus ciudadanos que siguen esperando respuestas que den un respiro a su forma de vida.
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