Hace algunas
semanas, en las agencias de noticias circularon informes sobre la
extinción de dos subespecies de rinocerontes. A fines de octubre, el
reporte de la muerte del último rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus annamiticus) en
Vietnam confirmó lo que muchos en el mundo de la conservación habían
sospechado por algún tiempo: que ahora esta subespecie está extinta.
Tristemente, El rinoceronte Negro Occidental de África (Diceros bicornis longipes) también fue declarado extinto.
ECOticias.

En Vietnam, el rinoceronte de Java tuvo un final infame. Al
último individuo sobreviviente, una hembra, le habían disparado en la
pierna y falleció como consecuencia de una infección, lo que sin duda
le ocasionó una muerte lenta y dolorosa. El resultado final fue el
mismo: se encontró el cuerpo con el cuerno amputado cruelmente.
En los últimos años, antes de declararlo extinto, se había especulado
sobre el destino del último rinoceronte de Java en Vietnam. La
subespecie fue redescubierta en 1988, cuando se encontró un individuo
cazado furtivamente en el Parque Nacional Cat Tien. La presencia de un
mamífero tan grande e icónico, y a la vez enigmático, que había
permanecido escondido del mundo por tanto tiempo, desencadenó un número
importante de actividades de conservación en Cat Tien. El gobierno de
Vietnam, apoyado por ONGs de conservación internacional, movilizó
recursos para proteger a la última población restante, estimada entre 7 y
10 individuos.
Sin embargo, en enero de 2011 la prensa vietnamita informó que uno de
los últimos rinocerontes de Java había sido asesinado en Cat Tien, y
surgió la especulación sobre si éste era el último individuo
sobreviviente, ya que muy pocos habían sido encontrados en años
recientes. En octubre 2011, un informe de WWF-Vietnam, basado en un
extenso análisis de ADN, concluyó que el rinoceronte de Java en Vietnam,
una subespecie que en algún momento habitara desde la región del
Mekong hasta el sur de China, había desaparecido. Una subespecie
pariente del rinoceronte de Java (R. sondaicus sondaicus), aún
vive precariamente en el Parque Nacional Ujong Kulun, en el extremo
occidental de Java, la isla más densamente poblada por humanos en el
mundo. A diferencia de otras subespecies de rinocerontes, no hay
rinocerontes de Java en cautiverio.
El Rinoceronte Negro Occidental, una subespecie que alguna vez habitó
la Sabana del centro y occidente de África, fue declarado como extinto
en 2006, pero permaneció la evidencia de individuos existentes.
Lamentablemente esta evidencia se fue diluyendo en años recientes y la
subespecie también ha sido declarada extinta por la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Otras subespecies de
rinocerontes en África, el rinoceronte blanco del norte (Ceratotherium simun cottoni), que anteriormente habitaba desde Chad hasta el norte de Uganda, también está cerca de la extinción.
Es bien conocido que los rinocerontes son cazados por sus cuernos.
Tradicionalmente se utilizan para mangos de dagas ceremoniales en el
Medio Oriente (jambiyas), particularmente en Yemen y Omán, cuyo
comercio está prohibido oficialmente desde 1982. Mitos culturales más
recientes acerca de los cuernos han llevado a su extensa
comercialización, en particular a China y otros lugares de Asia. Los
cuernos de rinoceronte se venden como “remedio” para una amplia gama de
enfermedades, desde fiebre hasta artritis, cáncer, y sin duda en una
afirmación de su potente simbolismo, como afrodisíaco.
Sin embargo, como se ha informado ampliamente, no hay nada mágico en
la composición de los cuernos de rinoceronte. Mayormente contienen
queratina, la misma sustancia que encontramos en nuestras uñas y
cabello, y que se encuentra en las pezuñas de la mayoría de los
animales. A pesar de esto, se estima que en el mercado negro el kilo de
cuerno de rinoceronte se comercializa en aproximadamente 50 mil
dólares. Este valor está impulsando la tasa actual de caza y se calcula
que se mata a un rinoceronte por día en Sudáfrica, a pesar del hecho
de que todas las especies de rinocerontes están protegidas en su
hábitat, y que el comercio internacional de productos de rinoceronte es
ilegal. Debido al alto valor del producto y a la aparente facilidad
para obtenerlo, los miembros del crimen organizado se han dedicado a la
caza furtiva y a la comercialización de rinocerontes usando métodos de
caza altamente sofisticados, tales como helicópteros, rifles de alta
velocidad y dispositivos satelitales de rastreo.
Entonces ¿qué está pasando? Y porque parece que estamos
imposibilitados para proteger a los rinocerontes que todavía quedan en
Africa y Asia?
Hacer cumplir las leyes nacionales e internacionales dirigidas a la
protección de las especies en peligro no solamente es costoso, sino que
es un tema altamente polarizado. Se ha criticado duramente a los
conservacionistas por implementar lo que se consideran esfuerzos
drásticos en la protección de especies a costa de los medios de vida
local, ya que las personas son excluidas frecuentemente de las áreas
protegidas. Y, con ambas partes contando con las armas automáticas más
modernas, los tiroteos entre cazadores furtivos y los guardias se han
vuelto comunes, causando numerosas víctimas en ambos bandos. La
protección de la fauna silvestre se ha convertido en una carrera
altamente peligrosa.
A no ser que el comercio se controle, los rinocerontes no estarán
protegidos en su hábitat natural. La prioridad inmediata debería ser
desbaratar los carteles que pueden burlar las leyes y restricciones
internacionales y comerciar especies en peligro de extinción. Si esto
significa que se tengan que usar algunos métodos no convencionales, como
recurrir a la experiencia de la Interpol y de otras agencias
internacionales de cumplimiento de la ley, que así sea. Las técnicas
modernas son tan avanzadas que se pueden tomar las “huellas” de los
cuernos del rinoceronte para determinar su punto de origen. Sin embargo,
¿existe realmente la voluntad política para controlar el comercio tan
lucrativo de fauna silvestre? Si la hubiera, tal vez las poblaciones de
rinocerontes del mundo no estarían enfrentando su erradicación.
En Vietnam, el informe de WWF concluye que la pérdida del rinoceronte
de Java en Cat Tien fue una “gran fracaso de conservación”. Esto, a
pesar del hecho de que Cat Tien fue uno de los parques nacionales mejor
financiados y con sistemas de áreas protegidas en el Bajo Mekong. Se
hizo una inversión considerable en la infraestructura del parque para
ecoturismo, visto como una fuente de ingresos para el financiamiento de
largo plazo del Parque Nacional, en vez de invertir en el monitoreo
directo y protección del rinoceronte de Java. Aunque hay muy pocos
visitantes en el parque, estos pueden reunirse en una sala de
conferencias impresionante, donde pueden comer en una cafetería para 200
clientes que no estaría fuera de lugar en Hanoi o Ho Chi Minh, y
también pueden despedirse de la noche cantando en un club karaoke con
tecnología de punta.
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