En Nueva Zelanda unos 50 pingüinos azules que habían sido rescatados de una zona de derrame de crudo han regresado a su hábitat natural, mientras que otros ejemplares afectados siguen en proceso de rehabilitación.
En total más de 300 animales de esta especie fueron salvados tras producirse el vertido cuando una nave encalló a primeros de octubre en el litoral norteño de este país.
Con ayuda de voluntarios, los encargados de proteger la vida salvaje en
la zona limpiaron a los animales durante varios días hasta que los
dejaron totalmente limpios.
Los demás pingüinos azules están en proceso de rehabilitación tras el
accidente, en manos de veterinarios y voluntarios de Nueva Zelanda,
Australia y Estados Unidos.
Tras este accidente se registró una fuga de 350 toneladas de petróleo
que contaminó las aguas y causó la muerte de miles de animales. Los
especialistas consideran esta tragedia como el mayor desastre
medioambiental de la nación.
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