Recientemente se llevó a cabo en la Universidad Central de Venezuela (UCV) el
Foro Internacional “El derecho humano al agua que nos une” organizado
por el Parlamento Latinoamericano, Ministerio del Ambiente, Hidroven y
UCV con el objetivo final de elaborar una ley marco que reconozca al
agua como un derecho humano.
Evelyn Anele

Allí se habló de como ha aumentado la cobertura del servicio de
aducción y descargas de agua, pero nada se dijo sobre los problemas de
continuidad y confiabilidad del servicio, de la calidad del agua que
llega a la población, y sobre todo se dejó el capítulo del tratamiento
de las aguas servidas como la guayabera, por fuera, a pesar que
alrededor de 73% de ellas no se trata.
Se dijo que tenemos una Ley de Aguas muy avanzada y se tomó como
ejemplo para proyectarla allende fronteras; pero no se dijo que ya vamos
para cinco años esperando que el ejecutivo nacional la reglamente y que
establezca la organización institucional necesaria para la gestión del
agua en las distintas regiones, cuencas, decayendo mientras tanto el
mantenimiento, deteriorándose el servicio, dejándose de atender los
principios de desconcentración, descentralización, eficiencia y eficacia
que establece la ley.
No se puede gestionar el recurso agua parcialmente, de espalda a las
aguas servidas, contaminantes silentes de ríos, mar, suelos y atmósfera,
que impactan negativamente nuestra biodiversidad y seguridad
alimentaria. Basta recordar las clases recibidas en primaria sobre el
ciclo hidrológico para entenderlo.
Tampoco se puede gestionar el recurso de espalda a la
descentralización y articulación de poderes, lo exige la ley como
estructura-función para garantizar que se pueda cumplir su letra:
asegurar el derecho que tiene la población a recibir siempre agua
inodora, incolora e insípida, ya que ésta es un elemento indispensable
para la vida, el bienestar humano, el desarrollo sustentable del país y,
además, con carácter estratégico y de interés de Estado.
De nada nos sirve tener una gran cobertura de redes de tubos
sembrados en el suelo, si no llega agua o llega sucia cuando llega. De
nada nos sirve tener la mejor Ley de Aguas si es letra muerta. Pero
ciertamente tenemos una Ley de Aguas avanzada y un Parlatino exportando
los conceptos de agua como bien social y su acceso como derecho humano
fundamental.
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