
Por su parte, la Unión Europea llegará al encuentro con un mapa de ruta
para lograr un pacto global con el mismo objetivo: reducir las
emisiones de dióxido de carbono (CO2) de aquí al 2015.
100.000 millones de 'verdes' para el Fondo Verde
Las múltiples cumbres previas sobre el Cambio Climático patrocinadas
por las Naciones Unidas no han dado ningunos resultados positivos. La conferencia climática en Copenhague, en el 2009, fracasó pues también en ella se planeaba firmar un convenio global, lo que no sucedió.
Mientras tanto, en la Cumbre de Cancún (México), en diciembre del 2010,
los países se comprometieron a reanudar las negociaciones para
prorrogar el Protocolo de Kioto y acordaron destinar 100.000 millones de
dólares en la creación del Fondo Climático Verde (Green Climate Fund) para ayudar a las naciones más pobres a luchar contra el cambio climático.
Anunciado como un modelo de cooperación entre los países ricos y
pobres, las promesas del Protocolo de Kioto (1997) para contener el
Cambio Climático expiran a finales del 2012. Delegados de la conferencia
que comienza el próximo lunes en Durban están evaluando las formas de
aumentar en 100.000 millones de dólares anuales los recursos al Fondo
Climático. Pero en las críticas condiciones actuales de la economía
mundial, los representantes de unos 190 países no tendrán fácil la
resolución del problema principal: el dinero.
EE. UU. es ‘optimista’
En vísperas de la cumbre de Durban el gobierno de los Estados Unidos,
país que reiteradamente se ha negado a aceptar las medidas para
disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, se mostró
‘optimista’ sobre el encuentro. Sin embargo, no dio ninguna esperanza de
comprometerse estampando su firma en ningún documento que lo obligue a
dejar de ensuciar el medio ambiente; de hecho Washington ya adelantó que
no firmará una renovación del acuerdo de Kioto.
El representante estadounidense para el cambio climático, Todd Stern,
confirmó este martes que Kioto no entraba en las discusiones. "Kioto no
está en la mesa de negociaciones para Estados Unidos, pero no lo vemos
como un impedimento", declaró Stern en rueda de prensa, añadiendo que
creía que el proceso "tiene que abrirse e incluir a todas las grandes
economías".
Los países de Latinoamérica y sus ‘compromisos’
Mientras tanto, los ministros de Brasil, Bolivia, Venezuela, Colombia,
Ecuador, Perú, Guyana y Surinam se reunieron este martes en la ciudad
brasileña de Manaos, en el corazón Amazónico, para renovar su compromiso
de conservar la Amazonia y acordaron imponer un marcado acento social
en sus planes de cuidado del "mayor pulmón verde del planeta".
El canciller brasileño Antonio Patriota anunció que durante el
encuentro se aceptó una propuesta de Brasil para destinar el 20% de un
fondo de 100 millones de dólares que tiene para asuntos amazónicos a
proyectos que ayuden a contener la desforestación, que es un problema
común en todos los países de la región. Esos y otros acuerdos fueron
plasmados en el llamado "Compromiso de Manaos", un documento que en uno
de sus 28 puntos también plantea la necesidad de "desarrollar nuevos
espacios de diálogo con las poblaciones amazónicas", que en general
quedan al margen de las grandes discusiones nacionales.
El proyecto Yasuní
Por su parte, el presidente ecuatoriano Rafael Correa anunció este
martes que su gobierno llevará a la próxima Cumbre en Durban un proyecto
sobre el Parque Yasuní. Se trata de una propuesta para no explotar los
846 millones de barriles de crudo que potencialmente alberga el
yacimiento del Parque Yasuní a cambio de un aporte de 3.600 millones de
dólares durante doce años.
“Estamos dispuestos a renunciar a ese recurso que nos beneficiaría sólo
a nosotros por conservar un bien que beneficia a todo el planeta”,
afirmó el presidente. Correa aclaró que la iniciativa no es un pedido de
caridad y explicó que con la no extracción de ese crudo amazónico se
evitaría la emisión de 407 millones de toneladas métricas de dióxido de
carbono (CO2), responsable del calentamiento global.
La ‘opinión especial’ de China
China presiona para que los nuevos objetivos de reducción de emisiones
para los países desarrollados entren en vigor inmediatamente después de
expirar el Protocolo de Kioto.
El principal funcionario para el tema del cambio climático en China,
Xie Zhenhua, reiteró en una conferencia de prensa este martes la postura
de su país: las naciones desarrolladas son las principales culpables
del calentamiento global y deben asumir la responsabilidad de
combatirlo, mientras que no debe imponérseles restricciones a los países
en desarrollo porque esto podría afectar los esfuerzos para aliviar la
pobreza. "El problema del cambio climático se originó principalmente
porque los países desarrollados no prestaron la atención necesaria a
este cuando se industrializaron y urbanizaron", aseguró Xie.
Además, al gobierno chino le preocupa que la crisis agote las
contribuciones del multimillonario Fondo Mundial contra el Cambio
Climático, pero espera que en Durban pueda lograrse un acuerdo para
financiar y ayudar a los países en desarrollo a enfrentarse al
calentamiento global.
La brecha entre ‘ricos’ y ‘pobres’
De este modo, los países en desarrollo insisten en extender e incluso
adoptar nuevas obligaciones que las del Protocolo de Kioto. Pero los
países industrializados quieren que las economías emergentes acepten
compromisos similares.
Los expertos observan que el proceso patrocinado por la ONU para frenar
las emisiones de carbono se encuentra todavía 'traumatizado' por el
turbulento proceso de negociaciones de la Cumbre de Copenhague del 2009 y
que la cita de Durban se enfrentará a una ruptura de los acuerdos antes
logrados.
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