Un estudio de la ONU revela que las transnacionales están comprando
grandes cantidades de tierra en América Latina. Algunos analistas creen
que eso puede amenazar la seguridad alimentaria de los países latinos.
El informe, redactado por la Organización de las Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación (FAO), señala que el fenómeno de
acaparamiento de tierras afecta en mayor parte a Brasil y Argentina. Sin
embargo, los países restantes de la región también despiertan el
interés de los compradores extranjeros.
Los expertos coinciden en lo que los recursos tierra son cruciales para
la economía, especialmente en los actuales tiempos de crisis económica.
Y el fenómeno de concentración y extranjerización de tierras en América
Latina se debe a que "la tierra en los países latinoamericanos es más
barata que en los países capitalistas desarrollados", asegura el
analista internacional Julio Gambina.
Los países del Mercosur, como Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay,
son los grandes proveedores de soja, girasol u otros productos agrarios
al mercado mundial que compiten de alguna manera con EE. UU., por lo que
sus tierras son muy beneficiosas para los capitales internacionales.
Según Gambina, la adquisición masiva podría aumentar las exportaciones
en detrimento de la producción doméstica en estos países, lo que pone en
peligro su soberanía alimentaria. En cuanto a posibles medidas para
evitar este escenario, los estados podrían elaborar normas semejantes a
la ley de tierras argentina, que restringe la venta de tierras rurales a los extranjeros.
La amenaza para los países latinoamericanos también la señalan los
autores del informe de la ONU. El oficial de Políticas de la FAO,
Fernando Soto-Baquero, advirtió de que los Gobiernos de la región deben
encontrar formas de asegurar que los procesos de concentración y
extranjerización de tierras no tengan efectos negativos sobre la
seguridad alimentaria, el empleo agrícola y el desarrollo de la
agricultura familiar.
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