Más de 2.500 científicos pidieron hoy en Australia medidas urgentes para hacer frente a los daños causados a los ecosistemas de corales del planeta por el aumento de las temperaturas oceánicas, la acidificación de los océanos, la pesca irracional y la contaminación.
Así instaron "a los gobiernos a asegurar el futuro de los
arrecifes de coral a través de acciones globales dirigidas a reducir las
emisiones de CO2 y otros gases contaminantes y mejorar las medidas de
protección a nivel local", según la Declaración de Consenso sobre Cambio
Climático y Arrecifes de Corales.
Este documento se hizo público
hoy al inaugurarse el XII Simposio Internacional sobre Arrecifes de
Corales que se celebra en la ciudad australiana de Cairns hasta el
viernes y que cuenta con la participación de expertos de 80 países,
entre ellos España, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Panamá, Portugal
y Venezuela.
El coordinador del simposio, Terry Hugues, dijo que
la Gran Barrera de Coral de Australia, formada por alrededor de 3.000
pequeños arrecifes y más de 900 atolones a lo largo de 2.600 kilómetros
en el océano Pacífico, es uno de los principales ejemplos de los lugares
que necesitan protección urgente.
La Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) advirtió en
junio pasado de que el desarrollo amenaza la Gran Barrera de Coral de
Australia y que podría ser borrada de la lista del Patrimonio de la
Humanidad.
Pero desafortunadamente en el estado de Queensland,
donde se encuentra la Gran Barrera y prima la ambición por extraer
combustibles fósiles del subsuelo "a la brevedad posible" ha motivado
"que se entierren las preocupaciones ambientales".
El turismo
incontrolado y el aumento de la actividad minera se han convertido en
una amenaza a la Gran Barrera de Coral, en concreto, la ampliación del
puerto de Gladstone y la explotación de gas natural licuado en la Isla
Curtis son los dos proyectos más polémicos. EFE
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