La Gomera se
convertirá así en la sexta Reserva de la Biosfera en Canarias. En la
actualidad, España tiene 40 Reservas, siendo Canarias una de las
comunidades autónomas con mayor número de Reservas de Biosfera
ECOticias.
La viceconsejera de Sostenibilidad del Gobierno de Canarias,
Guacimara Medina, intervendrá este miércoles ante el Consejo
Internacional de Coordinación del Programa MAB de la Unesco en París
para agradecer junto con la consejera de Desarrollo del Territorio del
Cabildo de La Gomera, Ventura del Carmen Rodríguez, la aprobación de la
declaración de la isla como Reserva de la Biosfera.
La Gomera se convertirá así en la sexta Reserva de la Biosfera en
Canarias. En la actualidad, España tiene 40 Reservas, siendo Canarias
una de las comunidades autónomas con mayor número de Reservas de
Biosfera, superada solamente por Andalucía y Castilla-La Mancha.
Las Reservas de la Biosfera son áreas que pertenecen a ecosistemas
terrestres o costeros representativos, cuya importancia para el
suministro de conocimientos prácticos y científicos y de valores humanos
puedan contribuir al desarrollo sostenible.
Las Reservas son propuestas por los diferentes Estados Miembro y
son reconocidas a nivel internacional dentro del marco del programa
'Hombre y Biosfera' (MAB) de la Unesco.
Cada una tiene que satisfacer tres funciones básicas que se
complementan y se refuerzan entre sí: Función de conservación de los
recursos, orientada a reforzar las acciones de conservación de los
recursos genéticos, paisajes, ecosistemas y especies; Función de
desarrollo, que pretende establecer dinámicas que integren desarrollo
humano y económico con la conservación del medio, cultura y tradiciones;
y Función logística, que proporciona el apoyo para la realización de
proyectos de demostración, investigación, formación, seguimiento,
educación ambiental y de intercambio de información, relativos a la
conservación y desarrollo sostenible a nivel local, regional, nacional y
global.
LA DIMENSIÓN HUMANA DEL PROGRAMA MAB
En las Reservas la población local debe jugar un papel esencial en
la toma de decisiones, participando en la búsqueda y desarrollo de
formas sostenibles de explotación. Esta dimensión humana de las Reservas
de la Biosfera es lo que las hace distintas y especiales, dado que la
gestión llega a ser, en esencia, un pacto entre la población local y la
sociedad en su conjunto. Así la población local estará mejor preparada
para responder a las presiones políticas, económicas y sociales externas
que podrían afectar a los valores culturales y ecológicos de la
Reserva.
La figura de Reserva de la Biosfera introduce en el panorama de la
conservación el hecho de considerar, no ya solo la protección de los
elementos naturales existentes, ecosistemas y especies y en definitiva,
diversidad biológica, sino también y con idéntico nivel de prioridad la
protección de formas tradicionales de explotación sostenible de los
recursos naturales, que constituyen el patrimonio cultural responsable
de que, por la población local, se realice la labor de conservación del
ecosistema y sus elementos.
Frente a otras figuras de protección de espacios naturales, en las
Reservas de la Biosfera es esencial que la población local juegue un
papel activo, participando en la búsqueda y desarrollo de dichas formas
sostenibles de explotación. Las Reservas de la Biosfera constituyen por
tanto, espacios de encuentro entre las políticas de conservación y de
desarrollo local, de forma que la experiencia adquirida pueda
extrapolarse a otros territorios.
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