Cuba
encara la nueva temporada de huracanes en la cuenca del Atlántico
Norte, el Golfo de México y el Mar Caribe con preocupación porque se
prevé "activa" y con el amargo recuerdo del paso devastador del huracán
"Sandy" hace ocho meses por el oriente de la isla.
El jefe de Pronósticos del Instituto de Meteorología (Insmet), José
Rubiera, dijo a Efe que la temporada de huracanes de 2013, vigente desde
hoy, 1 de junio, hasta el próximo 30 de noviembre, será "activa" para
el área.
Se espera en todo el área del Atlántico Norte la formación de 17
ciclones tropicales, 9 de ellos con categoría de huracán, un número por
encima del promedio histórico, indicó.
En un ciclo considerado normal por los investigadores, se producen
once tormentas tropicales, seis de ellas alcanzan la fuerza de huracanes
y dos son bastante fuertes, es decir, de categoría 3 o mayor en la
escala Saffir-Simpson, cuyo nivel máximo es de 5.
El meteorólogo cubano asegura que el sistema de vigilancia de estos
meteoros en la isla está funcionando "a la perfección" y que desde ahora
se mantiene "un monitoreo constante".
Pero advierte que las aguas del océano Atlántico "están calientes" y
que este año no hay presencia del evento ENOS (El Niño, Oscilación del
Sur), factores que favorecen la formación de ciclones.
Muchos cubanos ya se sienten inquietos ante la posibilidad de que al
menos una tormenta o huracán cruce por la isla como ocurrió en octubre
pasado con "Sandy" en la región oriental, donde dejó once fallecidos y
cuantiosos daños materiales en sectores como la vivienda, la
agricultura, las comunicaciones y la electricidad.
"Sandy fue un huracán desastroso, que en solo 17 horas transitó de la
categoría 1 a la 3 con fuertes vientos sostenidos de 185 kilómetros por
hora y rachas superiores a los 230", recordó el científico, que dirige
desde hace cerca de tres décadas el Centro de Pronósticos del Insmet.
Otros huracanes fueron más desastrosos, pero "Sandy" fue catalogado
como "el más devastador" de la última temporada, tras provocar la muerte
de 147 personas en su tránsito por Haití, Cuba y Estados Unidos,
añadió.
Por esa razón nunca ninguna tormenta tropical volverá a recibir ese
nombre y cuando en 2018 se repita la lista que lo incluye será
sustituido por "Sara", según explicó Rubiera que es vicepresidente del
Comité de Huracanes de la Región Cuarta de la Organización Meteorológica
Mundial.
Es "alto" el peligro que representan los huracanes para Cuba, donde
hace dos semanas se desarrolló en la isla el ejercicio "Meteoro-2013",
con el que la Defensa Civil actualiza la preparación de la población y
revisa las medidas preventivas establecidas para enfrentar catástrofes o
desastres como los temidos huracanes.
A partir del año 2000, los cubanos han sufrido las consecuencias de
huracanes como "Michelle" (2001), "Iván" (2004), "Dennis" (2005), que
dejó 16 muertos, y en 2008 el triple impacto de "Ike", "Gustav" y la
tormenta "Paloma", que dejaron en conjunto siete muertos y pérdidas
cuantificadas en unos 10.000 millones de dólares.
Si fueran a clasificarse los de peores efectos para Cuba, de acuerdo
con Rubiera, habría que considerar a "Gustav" como "el más intenso", un
huracán categoría 4 que registró rachas de vientos de 340 kilómetros por
hora al cruzar sobre la localidad Paso Real de San Diego, en la
provincia occidental Pinar del Río.
En el apartado de "más destructor" colocó a "Ike", también de fuerza
4, por los múltiples destrozos que causó en su recorrido por varias
provincias, y el récord de haberse intensificado "más rápido" lo tiene
"Wilma" (2005) que en solo 18 horas pasó de la categoría 1 a la extrema
de 5.
Para esta temporada, el primer fenómeno que alcance la categoría de
tormenta tropical (con vientos superiores a 63 km/h) recibirá el nombre
de "Andrea".
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