Punta Arenas (Chile).- Los bosques de algas que hay bajo
la superficie marina del Océano Antártico son una de las mejores formas
de medir cómo está afectándole al planeta el calentamiento global,
aseguraron hoy glaciólogos chilenos.
"La región de Magallanes y la Antártica es una de las mejores
conservadas del planeta, por lo tanto, cualquier cambio medioambiental
nosotros lo podemos detectar a través de los cambios en la biodiversidad
y el ecosistema marinos", declaró a Efe Andrés Mancilla, investigador
de la Universidad de Magallanes.
Un ejemplo de ello es la radiación ultravioleta que cada primavera y
verano afecta a las especies de la región a causa del debilitamiento de
la capa de ozono en esta parte de la Tierra, señaló Mancilla,
organizador del encuentro internacional sobre cambio climático en Punta
Arenas, 2.300 kilómetros al sur de Santiago, con la asistencia de 60
investigadores de todo el mundo.
Al igual que sucedió con los bosques terrestres del hemisferio norte,
los enormes bancos de macroalgas subantárticas muestran los efectos de
la contaminación, especialmente cuando están en su etapa reproductiva,
que es cuando menos se pueden defender.
Estos verdaderos "bosques marinos" sirven de alimento, refugio y
lugar de reproducción de especies marinas que dan sustento a la
actividad pesquera, pero también son los productores primarios de una
serie de organismos en la cadena alimenticia.
"Pero la radiación ultravioleta está haciendo que las algas se
protejan endureciendo su capa exterior a costa de su crecimiento. El
resultado son algas más duras, pero más flacas", explicó el
investigador.
Las algas son codiciadas por sus aplicaciones en la industria
cosmética, alimenticia y de fertilizantes; para evitar el expolio de
estos bosques, los científicos piden que los Gobiernos controlen su
explotación.
El glaciólogo Ricardo Jana, investigador del Instituto Antártico
Chileno, subrayó la importancia del encuentro internacional Cambio
Climático en la región de Magallanes y la Antártica: Evidencias y
Desafíos para el Futuro.
"Es una oportunidad extraordinaria de ponernos en contacto con
científicos de reconocida trayectoria internacional para explorar este
laboratorio natural que es la región de Magallanes", donde en un área de
3.000 kilómetros cuadrados de mar y tierra pueden estudiarse diferentes
ambiente que se están viendo afectados por el calentamiento global.
La Península Antártica se está viendo afectada seis o siete veces más que otras partes del planeta a causa del cambio climático.
Este coloquio internacional ofrece la oportunidad de que el
conocimiento científico se difunda en toda la sociedad y especialmente
para que los políticos tomen conciencia de la gravedad del problema.
En 2007, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, dijo durante
su visita al parque patagónico de Torres del Paine que existía la
urgente necesidad de poner freno al impacto del cambio climático.
Por aquel entonces se acaban de dar a conocer las conclusiones del
Grupo Intergubernamental de Expertos de la ONU en Cambio Climático.
Mañana, sesenta científicos de todo el mundo firmarán en ese mismo sitio
la "Declaración de Magallanes" para intentar que el deseo de Ban Ki
Moon se haga realidad.
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