Cinco personas fallecieron y dos resultaron heridas
graves por quemaduras a causa de un incendio declarado hoy en la nave
industrial de una fábrica textil gestionada por ciudadanos chinos a las
afueras de la localidad de Prato, en el centro de Italia.
Según informaron fuentes de los equipos de rescate, los cuerpos
carbonizados de cuatro de las víctimas mortales fueron recuperados del
interior de la nave cuando los bomberos consiguieron entrar, horas
después de declararse el incendio a primera hora de esta mañana por
causas que aún se desconocen.
La quinta víctima, la única de la que se han dado más detalles, es un
hombre de rasgos orientales que había intentado ponerse a salvo de las
llamas al salir corriendo de la nave industrial con los pies descalzos y
probablemente en pijama, indican los medios de comunicación locales.
Los dos heridos graves son también hombres, quienes fueron
trasladados al hospital de Prato con importantes quemaduras y principio
de intoxicación por inhalación de humo, síntomas estos últimos que
también presentaba una mujer cuyo estado de salud no reviste gravedad.
Los bomberos creen que la nave, además de como lugar de producción,
servía también como vivienda para los trabajadores, por lo que
consideran que en su interior puede haber aún más cadáveres, un extremo
no confirmado pues algunos de ellos pueden haber conseguido escapar de
las llamas.
De hecho, el incendio provocó que se vinieran abajo las
construcciones con yeso que se habían hecho dentro de la nave para
instalar los dormitorios de los trabajadores.
"El incendio por el momento está bajo control. Estamos apagando los
últimos focos y trabajamos para retirar los escombros para comprobar que
no hay más personas y estas operaciones se extenderán durante toda la
tarde", indicó el portavoz de los bomberos, Stefano Giannelli.
Fue un policía ya retirado, Leonardo Tuci, quien dio el aviso del
incendio declarado en la nave industrial al observar la columna de humo
que salía de la zona cuando pasaba con su coche y el que contó a los
periodistas la desagradable escena que se encontró al llegar.
"Me acerqué y vi que había algunos chinos que venían hacia mí
llorando y gritando. Corrí hacia la nave y vi a un chino con un extintor
en la mano para intentar apagar el fuego. Entonces yo también tomé uno
para ayudarle. Estaba extenuado, también por el frío, y seguían saliendo
los gritos de los chinos", explicó Tuci.
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