En el último
siglo el glaciar, que es sólo uno de los muchos presentes en el parque,
se ha reducido varios kilómetros. Y la tasa de recesión se ha acelerado
dramáticamente en los últimos años ya que la región
Claudia Kirschning
Estamos a 800 kilómetros al sur del círculo polar ártico y el
equipo del barco de Greenpeace, Esperanza ya se ha enfrentado, cara a
cara, con las graves consecuencias del cambio climático. La semana
pasada atracamos en Seward, Alaska, para hacer los preparativos finales para navegar este verano por Alaska en el viaje del barco de Greenpeace en el marco de la campaña #SalvaelÁrtico.
En nuestro tiempo libre bajamos del barco y exploramos el Parque
nacional de los fiordos Kenai. Pero durante nuestra excursión al glaciar
Exit nos enfrentarnos con los impactos del cambio climático.
En el último siglo el glaciar, que es sólo uno de los muchos presentes en el parque, se ha reducido varios kilómetros. Y la tasa de recesión se ha acelerado dramáticamente en los últimos años ya que la región se enfrenta a veranos cada vez más calientes.
Pero este no es tan solo un indicio preocupante de la pérdida de uno de los lugares más impresionantes de Alaska, también es un mal presagio de los cambios de los que nuestra tripulación podrá ser testigo una vez cruzado el círculo polar ártico. En 30 años hemos perdido hasta el 75% del volumen del hielo del ártico en verano.
La pérdida del glaciar no sólo cambia de manera fundamental el hábitat poniendo en peligro la flora y la fauna, como los osos polares y las morsas. También produce grandes cambios en los hábitos humanos. Algunas comunidades locales deben trasladarse de domicilio porque el nivel del mar sube mientras los cambios que están aconteciendo amenazan la seguridad alimentaria de otras comunidades. Y mientras todo esto sucede, las petroleras ven esto como una oportunidad de la que sacar beneficio y se lanzan sobre el Ártico para sacar petróleo.
En el último siglo el glaciar, que es sólo uno de los muchos presentes en el parque, se ha reducido varios kilómetros. Y la tasa de recesión se ha acelerado dramáticamente en los últimos años ya que la región se enfrenta a veranos cada vez más calientes.
Pero este no es tan solo un indicio preocupante de la pérdida de uno de los lugares más impresionantes de Alaska, también es un mal presagio de los cambios de los que nuestra tripulación podrá ser testigo una vez cruzado el círculo polar ártico. En 30 años hemos perdido hasta el 75% del volumen del hielo del ártico en verano.
La pérdida del glaciar no sólo cambia de manera fundamental el hábitat poniendo en peligro la flora y la fauna, como los osos polares y las morsas. También produce grandes cambios en los hábitos humanos. Algunas comunidades locales deben trasladarse de domicilio porque el nivel del mar sube mientras los cambios que están aconteciendo amenazan la seguridad alimentaria de otras comunidades. Y mientras todo esto sucede, las petroleras ven esto como una oportunidad de la que sacar beneficio y se lanzan sobre el Ártico para sacar petróleo.
Necesitamos un millón de firmas para salvar el Ártico, ¡te necesitamos con nosotros! Visita la web Salva el Ártico y únete a la campaña.
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