martes, 29 de octubre de 2013

"Actividades productivas" en parques de México

La recategorización del área natural permitirá la realización de actividades productivas que benefician la conservación, según analistas
El reciente cambio en la situación legal del Nevado de Toluca —de parque nacional a área de conservación de flora y fauna— pone en evidencia las fallas del modelo de política de conservación en México, vigente desde el siglo pasado y en el que son comunes la falta de reglamentación y de recursos económicos.
El Nevado, un volcán cuyos bosques son fundamentales para la captación de agua en Toluca —la quinta zona metropolitana más poblada del país y la más cercana a la Ciudad de México—, fue recategorizado el primero de octubre pasado a través de un decreto presidencial que entró en vigor ese mismo día y que busca regularizar y ordenar actividades anteriormente ilegales en la zona, como agricultura, minería y tala, prohibidas desde 1936.
"Recategorizar la zona (...) quiere decir que no cumplió con su objetivo inicial, el que dio origen a la zona, por ejemplo proteger los bosques, asegurar el abastecimiento de agua, etcétera", dijo al respecto Samantha Namnum, directora de la oficina del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) que supervisa el área de Toluca.
El error central en el caso del Nevado, también conocido por su nombre en náhuatl, Xinantécatl, fue "la poca certeza jurídica" que el decreto de 1936 dio a los actores involucrados en la zona, según el director de Representatividad y Creación de Nuevas Áreas de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp), César Sánchez.
"El decreto original no precisa la superficie que queda resguardada bajo la figura de parque nacional. Esto genera incertidumbre, porque nadie puede determinar cuál es la superficie que el presidente Lázaro Cárdenas —quien emitió el decreto— protegió", aseguró Sánchez.
El Nevado carece de un plan de manejo, de una delimitación específica de uso de sus casi 53,500 hectáreas y de recursos humanos y administrativos. El decreto de protección ocurrió cuando la prioridad del país era el reparto agrario (una de las demandas centrales de la recién terminada Revolución Mexicana) y la conservación pasó a segundo plano, por lo que no se dieron los pasos administrativos y legales para garantizar el cumplimiento del decreto.
Se trata de un error "atribuible" al gobierno de Lázaro Cárdenas, que tampoco resolvieron administraciones posteriores, según Sánchez. "Es una obligación que tenemos que resolver .

Un escenario común
De hecho, pese a existir una denominación de parque nacional, el gobierno mexicano dotó de territorios a las comunidades agrarias del Nevado en años posteriores al decreto de 1936. Irónicamente, los campesinos nunca pudieron explotar la tierra legalmente, debido a que la mayor parte de las actividades productivas —incluyendo las cosechas típicas como maíz y papa— están prohibidas para esa región por las leyes de conservación.
La zona no tiene un plan de manejo ni una delimitación específica de uso de sus casi 53,900 hectáreas, y carece de suficientes recursos humanos y administrativos. Tampoco hay proyectos de desarrollo para los habitantes de la región, quienes con actividades no reguladas han propiciado deforestación, erosión, plagas e incendios forestales. Pero estos problemas son comunes en otras áreas protegidas del país.
Un ejemplo de esto se encuentra a solo 30 kilómetros del Nevado de Toluca: las cuencas de los ríos Valle de Bravo, Malacatepec, Tilostoc y Temascaltepec, que fue nombrada área de protección de recursos naturales y área protectora forestal en junio de 2005 y que a la fecha no cuenta con un programa de manejo.
Varios parques en el Valle de México, como el Cerro de la Estrella, el Tepeyac o Lomas de Padierna, enfrentan los mismos problemas.
A diferencia de Estados Unidos, donde los parques naturales cuentan con al menos un guardaparques equipado con un arma, un perro y un vehículo todo terreno —el sistema de Nacional de Parques de EU tiene más de 20,000 empleados y un presupuesto equivalente a 33,000 millones de pesos anuales—, las áreas protegidas en México están bajo el cuidado de los habitantes del lugar, quienes son los primeros en depredarlas cuando no existen oportunidades de desarrollo sustentable.
Esta diferencia se debe principalmente a que en Estados Unidos las áreas protegidas son propiedad del Estado, explicó César Sánchez.
"En el caso de México la propiedad es social, entonces se requiere hacer un trabajo de conservación con la gente, para la gente y por la gente", dijo Sánchez.
"Significa que en el modelo de México es más complejo porque tenemos un doble propósito: tenemos que salvaguardar la biodiversidad, los ecosistemas y las especies, y tenemos que encontrar esquemas de desarrollo que brinden oportunidades de vida a las comunidades rurales para evitar procesos de migración o pobreza".
El plan de manejo del Nevado de Toluca, que detallará entre otras cosas las subzonas de protección y las actividades permitidas en ellas, deberá estar listo a más tardar el 1 de marzo de 2014, cuando vence el plazo fijado por la Secretaría de Medio Ambiente para el documento.

"Un mal precedente"
Samantha Namnum consideró que el cambio de categoría de protección ambiental en el Nevado "es un muy mal precedente" para casos similares, ya que "abre la puerta" a la recategorización de proteción ambiental, la cual es buscada en varias zonas para permitir actividades económicas no necesariamente sustentables. "Este tipo de cambios a los decretos pudieran hacer más laxa la protección. Esto sí sería muy negativo para la conservación", dijo.
Desde mediados de la década de 1990, gobiernos locales de Toluca analizaron la construcción de un centro de esquí en el Nevado. En 2003, la empresa mexicana Arfra intentó desarrollar el proyecto en unas 150 hectáreas del Nevado, que incluía villas, un club de golf y un centro corporativo. Otro gobierno lodescartó finalmente en 2010, pero éste sería legal ahora, bajo la nueva categoría de protección del lugar, que al no tener un plan de manejo deja a la interpretación de las autoridades el tipo de actividades que podría recibir, según Namnum.
El comisionado nacional de Áreas Nacionales Protegidas, Luis Fueyo, indicó a principios de octubre que "se encuentran en proceso de consulta proyectos modificatorios en Necaxa (Puebla) y Sumidero (Chiapas)", aunque no precisó el sentido de dichas modificaciones de categorías .
México cuenta con unas 176 áreas naturales protegidas bajo distintos regímenes establecidos en la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, los cuales van (de mayor a menor protección) de reservas de la biósfera a santuarios. Estas áreas representan casi 24 millones de hectáreas o 12.9% de la superficie del territorio nacional.
La mayor parte de la superficie protegida, 6.4% del territorio mexicano, se encuentra como reserva de la biósfera e incluye manglares, bosques, arrecifes, dunas, selvas y algunos de los ecosistemas más bellos y emblemáticos del país, como los hábitats de la mariposa monarca y el tiburón ballena, los Montes Azules y El Pinacate, que en junio pasado fue nombrado Patrimonio Mundial por la Unesco.
La Conanp buscará durante este sexenio que México cumpla con el compromiso internacional suscrito internacionalmente en el Convenio de la Diversidad Biológica, de proteger al menos el 17% del territorio y el 10% de aguas nacionales, indicó a principios de octubre el titular de la Conanp.

Del prohibicionismo al desarrollo sustentable
La directora de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Toluca, Margarita Saldaña, considera que la nueva categoría del Nevado de Toluca fomentará actividades ecoturísticas y agrícolas que beneficien el mantenimiento ambiental de la zona. Esto podría incluir campismo, paseos de apreciación y siembra de especies endémicas como, por ejemplo, árboles de Navidad.
"Ellos (los habitantes del Nevado) van a tener un provecho económico en un mediano y largo plazo, pero al mismo tiempo a nosotros nos va a ayudar en términos ambientales a que el agua se retenga y a que el suelo no se erosione", dijo Saldaña.
Un estudio de la Universidad del Estado de México demostró que el Parque Ejidal Ecológico de Cacalomacán, ubicado dentro del Nevado y dedicado al ecoturismo de bajo impacto, benefició la preservación de especies endémicas. Esto le valió al municipio, en 2013, el premio en sustentabilidad otorgado por el Consejo Internacional para las Iniciativas Ambientales (ICLEI, por sus siglas en inglés).
La conservación a partir del desarrollo sustentable también ha sido clave en países como Costa Rica, que tiene un 14% de su territorio protegido como área natural y que recibe hasta casi el 13% de sus divisas por ecoturismo y actividades afines, según cifras oficiales.
"Muchos de nuestros parques nacionales tienen un importante atractivo turístico, ya sean volcanes, playas o bosques. En algunos casos han desarrollado toda una economía local, regional y también nacional para el desarrollo de la actividad turística", dijo el director del Sistema Nacional de Áreas de Conservación de Costa Rica, Rafael Gutiérrez.
"Siguiendo los postulados de lo que se discute ahora en convenciones internacionales, tenemos que tener claro que la conservación siempre tiene que promover el desarrollo sostenible y la conservación también tiene que considerar comunidades locales y diferentes usos", añadió.
El gobierno mexicano tratará de seguir este mismo esquema durante este sexenio, según el titular de la Conanp, que hace dos semanas definió a las Áreas Naturales Protegidas como "instrumentos del gobierno para generar actividades productivas sin poner en riesgo el lugar".

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