El número de muertos por el terremoto de 7,2 grados de
magnitud que sacudió el centro del archipiélago filipino este mes ha
subido a 206, informó hoy el Consejo Nacional de Gestión y Reducción de
Desastres de Filipinas.
La agencia estatal indicó que además hubo 720 heridos y 10 personas
que siguen desaparecidas desde el 15 de octubre, cuando tuvo lugar el
seísmo en la región de Visayas.
Del total de víctimas mortales, 192 fallecieron en la isla de Bohol,
donde se registró el epicentro; otras 13 murieron en la ciudad de Cebú; y
la última en Siquijor.
El seísmo afectó a más de 3,1 millones de personas, según los datos
actualizados, y causó daños en infraestructuras por valor de más de
1.400 millones de pesos (unos 23 millones de euros o 32 millones de
dólares).
Un total de 17 iglesias históricas resultaron dañadas, entre ellas la
Basílica Menor del Santo Niño, en Cebú, considerado el monumento más
antiguo de la Iglesia católica apostólica romana del país y que data del
siglo XVI.
El presidente del país, Benigno Aquino, visitó Bohol el miércoles
pasado para llevar la solidaridad del Gobierno con las víctimas y
pernoctó en una tienda de campaña militar que instalaron a medio
kilómetro de un centro de evacuación.
Aquino declaró que le había gustado la experiencia y que le recordó a su juventud en los Boy Scouts.
Filipinas se asienta sobre el llamado "Anillo de Fuego del Pacífico",
una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida por unos
7.000 temblores al año, la mayoría moderados.
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