CIRCE acaba de terminar este octubre la VI Campaña del proyecto “Abundancia y distribución de depredadores apicales del Golfo de Cádiz e interacción con actividades antropogénicas”
INNOVAticias.
Tras
la VI Campaña de mar finalizada este mes de octubre, se ha detectado
una gran presencia tanto de delfín mular como de marsopa en el Golfo de
Cádiz, ambas especies en el Anexo II de la directiva hábitat, por lo que
requieren la designación de zonas especiales para su conservación. El
proyecto cuenta con la participación de CEPSA, el Ministerio de Economía
y Competitividad y la colaboración del Proyecto Ecocet.
CIRCE acaba de terminar este octubre la VI Campaña del proyecto
“Abundancia y distribución de depredadores apicales del Golfo de Cádiz e
interacción con actividades antropogénicas” que viene realizando
conjuntamente con la Estación Biológica de Doñana-CSIC en estas aguas.
El estudio de cetáceos y aves marinas realizado hasta la fecha ha
constatado no sólo una alta presencia de cetáceos y aves marinas, sino
una destacada población de delfín mular y marsopa. Ambas especies se
encuentran en el Anexo II de la Directiva Hábitat y por lo tanto
requieren la designación de zonas especiales de conservación.
En cuanto a cetáceos, se han visto seis especies durante estas cinco
campañas que fueron el delfín mular, el delfín común, la marsopa, el
calderón gris, la orca y el cachalote. Gracias a seguimientos
individuales se detectó una gran movilidad de delfines mulares que
utilizan todo el Golfo de Cádiz desde Cabo de Trafalgar (Cádiz) hasta
Ayamonte (Huelva).
Para el investigador Renaud de Stephanis, esta alta presencia de
cetáceos en el Golfo de Cádiz, justifica “ la creación de lugares de
interés comunitario así como la implementación de planes de conservación
para estas especies. De la misma forma, es necesario asegurar la
viabilidad de las poblaciones y que esta sea compatible con las
actividades antropogénicas que se desarrollan en la zona”.
Por otro lado, en cuanto a aves marinas, destacan los avistamientos
de pardela cenicienta, pardela balear, págalo grande, alcatraz, paiño
común, charrán común y charrán patinegro, algo que a juicio de la
investigadora Manuela G. Forero, significa que “la gran productividad
del Golfo es de vital importancia para la alimentación de especies en
peligro y como paso migratorio de diversas especies”. Varias de estas
especies merecen también especial protección al encontrarse en el anexo I
de la Directiva Aves.
Esta es la sexta campaña que se ha llevando a cabo en el marco del
proyecto, con un presupuesto de 350.000 € y un plazo de ejecución de 3
años, que cuenta con la participación de CEPSA y del Ministerio de
Economía y Competitividad y con la colaboración del Proyecto Ecocet, en
el cual se está determinando la dieta de los cetáceos en Andalucía.
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