Los vetos y
modificaciones al nuevo Código Forestal anunciados por la presidenta
Dilma dejan al pueblo de Brasil sin ninguna garantía de que la Amazonia
va a ser protegida.
ECOticias.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, vetó ayer viernes
partes del nuevo Código Forestal, pero defraudó las expectativas del
pueblo brasileño, que le había pedido un veto total de la nueva
propuesta de ley. En un intento de apaciguar a la mayoría de los
brasileños, Dilma ha bloqueado 12 partes de la nueva ley y ha añadido 32
modificaciones en el texto. Sin embargo, la administración de Dilma no
revelará todos los detalles de las modificaciones hasta el lunes.
"Los vetos y modificaciones al nuevo Código Forestal anunciados por
la presidenta Dilma dejan al pueblo de Brasil sin ninguna garantía de
que la Amazonia va a ser protegida. Lo que es evidente es que Dilma no
ha tenido en cuenta al 80% de los brasileños, que se oponían a los
cambios introducidos en actual Código Forestal ni a todas aquellas
personas que exigieron un veto total", ha afirmado Paulo Adario,
director de la campaña de Amazonia en Greenpeace Brasil.
"En lugar de tratar de evitar las peores partes de un nuevo y
devastador Código Forestal, la presidenta Dilma tenía que haber buscado
una ley que realmente fuese capaz de proteger los bosques de Brasil.
Para honrar la voluntad del pueblo brasileño, Dilma debe ahora apoyar la
iniciativa ciudadana para una Ley de Deforestación Cero en Brasil", ha
añadido Paulo Adario.
Esta decisión del Gobierno de Brasil se produce justo antes de acoger
a la comunidad mundial en la Conferencia de Naciones Unidas sobre
Desarrollo Sostenible, Río+20 .
Se espera que la presidenta Dilma utilice la Cumbre de Río+20 para
celebrar el historial ambiental de Brasil, pero podría tener problemas
para justificar este mensaje pocas semanas después de firmar el nuevo
Código Forestal y de no haber sido capaz de proteger totalmente a la
Amazonia.
El actual Código Forestal tiene 76 años de edad y fue el principal
instrumento jurídico para proteger los bosques de Brasil, incluyendo la
selva amazónica. Pero durante el año pasado el Gobierno de Brasil ha
eliminado sistemáticamente las leyes que protegen la Amazonia y su
gente.
El barco de Greenpeace 'Rainbow Warrior' se encuentra actualmente en
la Amazonia en una expedición destinada a exponer los delitos forestales
y promover la petición de una "Ley de Deforestación Cero".
Hasta el momento, más de un cuarto de millón de brasileños han
firmado una petición para una la Ley de Deforestación Cero que permitirá
proteger completamente la Amazonia. Con el apoyo de la presidenta esta
petición podría convertirse en ley. Greenpeace pide a la presidenta
Dilma que escuche al pueblo de Brasil y que ponga a su país en la senda
del desarrollo sostenible. Solo así podrá ser verdaderamente considerada
una líder mundial para el desarrollo sostenible y una presidenta que
actúa en nombre de su pueblo.
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