En Italia,
donde se reproducen menos de 30 parejas, la especie está catalogada como
‘críticamente amenazada’. El águila perdicera mantiene una pequeña
población de dos o tres parejas al sur de la península itálica
ECOticias.

El águila perdicera (Aquila fasciata) ha sufrido un
drástico declive de sus poblaciones en Europa debido a una elevada
mortalidad y a la alteración de los hábitats donde vive. Los expertos
estiman que quedan menos de 1.500 parejas reproductoras en todo el
continente europeo, la mayoría en España.
En Italia, donde se reproducen menos de 30 parejas, la especie está
catalogada como ‘críticamente amenazada’. El águila perdicera mantiene
una pequeña población de dos o tres parejas al sur de la península
itálica, pero el grueso de la población (entre 22 y 25 parejas), se
reproduce en la isla de Sicilia.
Sin embargo, “la viabilidad de la especie en Sicilia puede verse
gravemente comprometida a medio y largo plazo de no revertirse las
causas de mortalidad que podrían llevar a la especie a la extinción en
los próximos 50 años”, advierte a SINC Pascual López, autor principal
del estudio que publica PLoS ONE, e investigador en el Grupo de Investigación de Zoología de Vertebrados (CIBIO) de la Universidad de Alicante.
Según el trabajo, la causa principal del declive es la “excesiva”
mortalidad no natural. “En los últimos años se han registrado al menos
14 casos de mortalidad de adultos por la caza furtiva y 16 por el
expolio de pollos del nido para comercio ilegal y coleccionismo”, apunta
López.
La electrocución en tendidos eléctricos, el envenenamiento de
individuos, la desaparición de especies presas y la transformación del
paisaje, podrían también poner “en serio peligro la última población de
la especie en Italia”. De no revertirse las causas de mortalidad, los
autores pronostican que la especie se extinguirá en Italia antes de
2050.
Urge un plan de conservación en Italia
El científico español, junto a dos investigadores italianos de la
Universidad de Palermo, utilizaron modelos demográficos basados en datos
de campo recogidos en los últimos 20 años para simular la tendencia de
la población. Se emplearon además datos recogidos con telemetría vía
satélite en otros estudios realizados en España, así como datos
demográficos obtenidos mediante anillamiento sistemático realizado en
Francia.
Asimismo, los investigadores simularon diferentes escenarios que
modelizan el efecto que podrían tener diferentes medidas de gestión
encaminadas a variar los parámetros demográficos sobre la tendencia de
la población, como la mejora de la supervivencia, el aumento de la
natalidad, etc.
“Solo si se mantiene la mortalidad de los ejemplares más jóvenes por
debajo del 70% se logrará evitar la extinción de la especie en los
próximos 100 años”, señala el biólogo español, quien añade que los
resultados de esta investigación podrían extrapolarse a todo el rango de
distribución del águila perdicera en Europa, donde se necesitarían
planes de acción más amplios y actualizados.
En el caso concreto de Italia, los investigadores insisten en la
necesidad de aprobar un plan de conservación para recuperar a la especie
en todo el país. “Como ya ocurrió con otras poblaciones de esta rapaz
en Italia (en Cerdeña), de no remediarse las causas que están provocando
la elevada mortalidad, podría entrar en el denominado “vórtice de
extinción”, umbral a partir del cual la recuperación es prácticamente
imposible sin intervención humana”, concluye López.
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