“El dinero manda,” dijo María Brockhaus, científica del Centro para la Investigación Forestal Internacional
(CIFOR), en un evento paralelo a las reuniones de los Organos
Subsidiarios de la CMNUCC. “El prospecto del financiamiento de REDD+ ya
está cambiando el juego
ECOticias.

Los países en desarrollo no se sentirán motivados a cambiar sus
prácticas de negocios e invertir en esquemas REDD+ hasta que exista la
certeza de que las aportaciones financieras que se han dado para
promover el mecanismo de carbono forestal se materializarán en el
futuro, dijeron expertos al margen de las conversaciones sobre cambio
climático en Bonn.
“El dinero manda,” dijo María Brockhaus, científica del Centro para la Investigación Forestal Internacional
(CIFOR), en un evento paralelo a las reuniones de los Organos
Subsidiarios de la CMNUCC. “El prospecto del financiamiento de REDD+ ya
está cambiando el juego, pero si queremos que el cambio sea
transformador y no quede solamente en la superficie, tiene que haber la
certeza sobre lo que recibirán los países con bosques bajo el esquema de
REDD+”.
Las conversaciones sobre la Reducción de Emisiones derivadas de la
Deforestación y Degradación Forestal (REDD+) han llevado a los países a
redactar regulaciones de apoyo, a embarcarse en proyectos piloto y a
traer nuevos actores a la escena, según un estudio comparativo realizado
por CIFOR. El estudio es parte de un libro sobre REDD+ que CIFOR
lanzará a mediados de junio.
REDD+, esquema global que busca reducir las emisiones compensando a
los países en desarrollo para que mantengan sus bosques, no forma parte
de ningún tratado legalmente vinculante sobre el clima, y hasta ahora ha
sido apoyado por fondos bilaterales y multilaterales, con $7.2 mil
millones comprometidos desde 2008. Los expertos han mencionado que el
financiamiento de REDD+ tiene que crecer significativamente para
asegurar que las naciones ricas en bosques sientan que su inversión en
el esquema valdrá la pena y que los pagos compensatorios estarán
disponibles mucho después de que termine la fase inicial preparatoria.
“Lo que necesitamos es la certeza a largo plazo de que REDD+ será
financiado, eso es más importante que el tema de necesidades inmediatas
de financiamiento” dijo Louis Verchot,
destacado científico de CIFOR en temas de cambio climático, en
respuesta a un participante en el evento que manifestó su preocupación
sobre el hecho que los países en desarrollo ya se estaban esforzando
para gastar los fondos entregados para consolidar capacidades y que las
instituciones necesitaban aplicar REDD+.
La ansiedad de los países desarrollados y en desarrollo, los primeros
con problemas para obtener fondos para el clima en medio de una crisis
financiera, y los segundos enfrentando una vulnerabilidad creciente por
los impactos del calentamiento global, puede convertirse rápidamente en
una espiral descendente de desconfianza, dijo en una sesión separada Mónica Araya,
asesora financiera para el clima del gobierno de Costa Rica. “Una parte
estará diciendo ´estoy entregando el dinero´ y la otra mitad dirá ´el
dinero no está siendo entregado”.
Es necesario que hayan más “conversaciones concretas” sobre el flujo
del financiamiento para el clima, para conocer la cantidad que se
entregó para proyectos y países específicos, así como dónde y porqué se
entregaron, dijo Araya. Los países en desarrollo también necesitan ser
transparentes en la forma en que se está gastando el dinero y si es que
se está logrando una diferencia en cuanto a la reducción de emisiones,
explicó.
El estudio de CIFOR, parte de un Estudio Comparativo Global sobre REDD+
de cuatro años, indica que la disponibilidad de información y las
nuevas ideas también pueden iniciar el cambio. Combinadas ambas con
incentivos económicos, pueden conducir a cambios en las relaciones de
poder entre los principales actores existentes, por ejemplo, los
ministerios involucrados en planeación forestal y los negocios que
operan en los bosques y alrededor de los mismos, trayendo nuevos actores
a la escena, los que pueden usar también las herramientas con que
cuentan para alterar intereses específicos.
REDD+ ya ha traído cambios a países con bosques; Indonesia impuso una
moratoria de dos años a nuevas licencias de concesión en bosques
primarios y de turba, y Brasil está
disminuyendo las tasas de deforestación en más de 70 por ciento.
Noruega, que ha comprometido hasta US$2.8 mil millones de financiamiento
para REDD+, de acuerdo con un informe de noviembre 2011 del Overseas Development Institute (ODI) y Heinrich Boll Stiftung, ha llamado a este esquema “la más grande historia hasta el momento en las negociaciones del cambio climático”.
Aun así, se requiere un cambio más allá del sector forestal para
aprovechar todo el potencial de mitigación de REDD+, dijo Brockhaus.
“REDD+ necesita cambiar antes de que pueda inducir más cambio, incluso
en otros sectores. Este problema del ‘huevo y la gallina´ será el
obstáculo final si es que las ideas de cambio y los incentivos no son
convincentes y confiables.”
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