Gerald Corzo,
coordinador del área de cambio climático del Centro del Agua para
América Latina y el Caribe del Instituto Tecnológico de Monterrey

Un grupo de expertos mexicanos del Centro del Agua para América
Latina del Instituto Tecnológico de Monterrey, México, se reunieron en
la Universidad Nacional (UNA) para compartir sus experiencias en
relación con la problemática del cambio climático y recurso hídrico.
Entre las principales recomendaciones se planteó la unión de los países
centroamericanos para dictar medidas de políticas públicas en esta
materia.
Gerald Corzo, coordinador del área de cambio climático del Centro del
Agua para América Latina y el Caribe del Instituto Tecnológico de
Monterrey, indicó que ante las amenazas de las sequías los gobiernos
centroamericanos deben aplicar una serie de estrategias, como gestionar
encuentros para analizar la problemática y empezar a implementar
proyectos piloto de adaptación al cambio climático que incluyan
propuestas gubernamentales y legales, rápidas y eficientes, de cara a
garantizar el recurso hídrico en la región.
“Los centroamericanos deben unirse para socializar sus experiencias y
participar en foros internacionales para conocer el criterio de
expertos en el tema, así como de aquellas personas que ya afrontan está
situación en sus países; sobre todo porque el panorama no es nada
alentador para el Istmo, pues, según las proyecciones, Centroamérica
podría afrontar grandes sequías en los próximos años”, recalcó Corzo.
Estrategias de adaptación
El experto agregó que lo más aconsejable es que no suceda como en
México, que en este momento afronta la sequía más fuerte de los últimos
70 años. Esta ha generado serias complicaciones en el sector
agropecuario, ya que el país no se encontraba preparado para ello y fue
hasta hace poco tiempo cuando el gobierno decidió tomar acciones
preventivas contra la sequía.
“En términos gubernamentales, carecemos de acciones específicas, pero
se brinda apoyo sobre cómo llevar comida y agua a aquellas personas que
sufren las secuelas de esta sequía. No existen sistemas que optimicen
el recurso hídrico al momento que un afluente baje su caudal en
determinada región del país”, comentó Corzo.
Pese a este panorama, Corzo manifestó que México va a la cabeza en lo
referente a la implementación de estrategias de adaptación al cambio
climático. “En regiones en donde no hay vulnerabilidad de sequía, se
están adoptando nuevos sistemas de disposición y reutilización del agua.
Por ejemplo, al sur de México, existe una planta creada con el fin de
optimizar el agua de cada vivienda”.
En ese sentido, Corzo es del criterio que una estrategia de
adaptación como esta podría replicarse en la región sin un costo
económico significativo, pero dependerá de la voluntad política para su
ejecución.
Proceso integrado
Roberto Parra, investigador en tratamiento y reúso del agua del
Tecnológico de Monterrey, manifestó que, ante la amenaza del cambio
climático al preciado líquido, se debe pensar de una forma más integral
para aprovechar todos los recursos y generar procesos más limpios, es
decir, considerar en primer lugar el tratamiento y luego garantizar que
la materia orgánica se transforme en energía.
“Esa materia orgánica se podría utilizar en energía como es el gas
metano o bien en electricidad en procesos más avanzados y, de esa forma,
reducir el consumo de combustibles fósiles para la generación
eléctrica, que repercuten al final en un el incremento de la huella de
carbono, las emisiones de Co2 y la temperatura”, indicó Parra.
Sobre la situación de los países centroamericanos ante el cambio
climático, Parra aseveró que, en relación con los gobiernos, el tema se
debe abordar desde una perspectiva multinacional; sin embargo, la
soberanía de cada nación dificulta que se establezcan programas más
integrales. En su criterio, esta es la única forma de atacar el
problema.
Caso Israel
Sobre el efecto del cambio climático en otras latitudes, Parra se
refirió al caso de Israel. Tal ha sido el impacto que los israelitas se
vieron en la necesidad de establecer una serie de estrategias como lo
fue reutilizar hasta cinco veces el agua para aprovecharla al máximo.
Al mismo tiempo, existe una serie de tratados que establece que en
algunas regiones de países musulmanes con mayor cantidad de agua la
pasen a Israel y esta a su vez la retorna a esas naciones tratada. Así
garantizan el balance hídrico de forma conjunta; esto al margen de que
no comparten creencias religiosas ni principios.
Parra destacó que algo similar al caso Israel y los países musulmanes
debe suceder en toda América Latina. Debe existir una
corresponsabilidad entre las naciones para garantizar la existencia del
recurso hídrico, sobre todo en lo referente al cuido de las cuencas
binacionales, donde la responsabilidad recae en ambos países.
“Algo importante es que el agua no respeta fronteras, por lo cual
debemos unirnos para diseñar políticas integrales”, recalcó Parra.
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