La
retroactividad es una mala práctica regulatoria y así lo entienden los
inversores de todo el mundo. Cuando en abril de 2010 se extendió la
sospecha de que el Gobierno anterior se planteaba reducir la retribución
de las instalaciones existentes
ECOticias.
Ante la inminente reforma del sector energético español, la Asociación Empresarial Eólica (AEE)
quiere recordar al Gobierno la importancia de preservar la seguridad
jurídica para las inversiones ya realizadas y advierte de las serias
consecuencias que puede tener la toma de medidas retroactivas tanto para
el país como para el sector. Asimismo, recuerda que la industria eólica
necesita recibir señales de futuro con urgencia para garantizar su
permanencia en España.
La
retroactividad es una mala práctica regulatoria y así lo entienden los
inversores de todo el mundo. Cuando en abril de 2010 se extendió la
sospecha de que el Gobierno anterior se planteaba reducir la retribución
de las instalaciones existentes, las empresas del sector eólico
perdieron unos 3.000 millones de euros en bolsa en menos de una semana y
la prima de riesgo española se disparó hasta máximos históricos. Hoy,
con una prima de riesgo que prácticamente triplica la de entonces, no se
deberían tomar medidas que afecten negativamente al riesgo país y
pongan en riesgo las tan necesarias inversiones futuras.
El
sector eólico sabe que el país atraviesa por una situación económica
muy complicada y que el problema más acuciante del sector energético es
el déficit de tarifa. Por lo tanto, está dispuesto a hacer sacrificios,
pero estos no deberían pasar en ningún caso por aceptar medidas
retroactivas que pondrían en jaque la supervivencia del sector y la
permanencia de su industria en España.
Históricamente,
la eólica ha contado con un marco regulatorio estable y predecible que
le ha permitido crear a su alrededor un importante tejido industrial y
convertirse en un referente a nivel mundial. Ha cumplido
escrupulosamente los objetivos establecidos por el regulador, se ha
ajustado a los cambios regulatorios sin crear burbujas, y ha aceptado
una rebaja temporal del 35% de las primas a los parques en marcha, entre
otras cosas.
A
raíz de la moratoria impuesta a las renovables a principios de año, la
situación es insostenible y lo que está en juego es la supervivencia de
la industria. De ahí que el sector reclame una mesa de diálogo con el
Gobierno para encontrar una salida a esta situación. Este diálogo
debería desembocar en un marco regulatorio que permita al sector
permanecer en España y asegure la seguridad jurídica de las inversiones
ya realizadas.
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