En términos de
gestión medioambiental, la producción acuícola nacional presenta, hoy
en día, un escenario muy heterogéneo, puesto que una misma explotación
debe cumplir distintos requisitos según la región dónde esté ubicada.
ECOticias.
Investigadores del Institut de Recerca i Tecnologia
Agroalimentàries (IRTA), del Departamento de Agricultura de la
Generalitat de Catalunya, han participado en el diseño de una propuesta
de criterios metodológicos para definir el protocolo de vigilancia
ambiental de los cultivos marinos en jaulas flotantes. Gracias a la
colaboración con 10 empresas del sector, distribuidas a lo largo del
litoral español, los investigadores han conseguido unificar distintos
planes de seguimiento ambiental para este tipo de instalaciones
acuícolas.
En términos de gestión medioambiental, la producción acuícola
nacional presenta, hoy en día, un escenario muy heterogéneo, puesto que
una misma explotación debe cumplir distintos requisitos según la región
dónde esté ubicada.
A fin de dar soporte a las administraciones públicas encargadas de
vigilar el cumplimiento de dichas normativas, un grupo de investigadores
españoles ha desarrollado un conjunto de herramientas para realizar un
control efectivo de los cultivos marinos en jaulas flotantes.
El trabajo de investigación se ha centrado en analizar los fondos
sedimentarios y la columna de agua de dichos cultivos, así como en
identificar aquellas regiones del litoral español con mayor valor
ecológico. Según los resultados, tras el proceso de alimentación y en
condiciones de mar abierto, la rápida dilución y dispersión de los
nutrientes no afecta de forma significativa el medio ambiente. A pesar
de todo, en aquellos casos en que las condiciones son poco propicias
para la dispersión de los residuos como en el caso del amonio y los
fosfatos (corrientes marinas con velocidades inferiores a los 5 cm/s) o
en áreas con alta concentración de instalaciones de cultivo, es
necesario controlar los efectos de los nutrientes sobre la producción de
microalgas y la calidad del agua.
Por otro lado, una adecuada selección de los emplazamientos, una
esmerada planificación y un correcto procedimiento de evaluación del
impacto ambiental de los cultivos figuran entre los criterios de
vigilancia ambiental establecidos por la investigación.
Gracias a esta metodología, a partir de ahora las empresas podrán
conocer con más detalles el impacto de sus instalaciones en el medio
ambiente y seguir unas pautas válidas en todo el territorio español para
la elaboración de los planes de vigilancia, aseguran los expertos.
Estos resultados se obtuvieron en el marco del proyecto de
investigación “Selección de indicadores, determinación de valores de
referencia, diseño de programas y protocolos de métodos y medidas para
estudios ambientales en acuicultura marina”, financiado por JACUMAR
dentro del Plan Nacional de Cultivos Marinos con más de un millón de
euros. Además del IRTA, dicho proyecto contó con la participación del
Instituto Canario de Ciencias Marinas (ICCM), el Departamento de Química
de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), la Dirección
General de Pesca y Acuicultura de la Junta de Andalucía, el Instituto
Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA),
el Departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la
Universidad de Alicante, el Centro de Investigaciones Marinas (CIMA) y
el Departamento de Biología Celular y Ecología de la Universidad de
Santiago de Compostela.
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