"Muchas
fracturas óseas están relacionados con el alcohol, debido a accidentes
automovilísticos, caídas, disparos, etcétera. Además de contribuir a
las fracturas óseas
INNOVAticias.
Los médicos han observado desde
hace tiempo que beber en exceso puede afectar de manera significativa
el proceso de curación después de una fractura de hueso, pero ahora un
estudio realizado por investigadores del Centro Médico de la
Universidad Loyola, en Chicago, Estados Unidos, proporciona una idea de
cómo el alcohol retarda la curación en los niveles celular y
molecular. Los hallazgos podrían conducir a tratamientos para mejorar
la cicatrización ósea en los consumidores abusivos de alcohol y,
posiblemente, también en los no bebedores.
"Muchas fracturas óseas están relacionados con el alcohol, debido a
accidentes automovilísticos, caídas, disparos, etcétera. Además de
contribuir a las fracturas óseas, el alcohol también deteriora el
proceso de curación, así que hay que añadirlo a la lista de razones por
las que no debe abusar de alcohol", afirmó el médico residente en el
Departamento de Cirugía Ortopédica y Rehabilitación de la Universidad
Loyola Romano Natoli, que presentará los resultados de esta
investigación este domingo en la Reunión Anual de la Sociedad Americana
de Investigación Ósea y Mineral que se celebra este año en Baltimore,
Maryland, Estados Unidos.
Los científicos estudiaron los efectos que el consumo de alcohol
tenía en la cicatrización ósea en ratones, de forma que un grupo de
roedores fue expuesto a niveles de alcohol equivalente a tres veces el
límite legal para conducir y un grupo de control se expuso a cantidades
iguales de una solución salina. El estudio, en el que también
participaron el doctor John Callaci, profesor asistente en el
Departamento de Cirugía Ortopédica y Rehabilitación, junto a la técnica
de investigación Rachel Mauer, encontró tres maneras en que el alcohol
genera problemas de cicatrización del hueso después de una fractura.
Hubo diferencias entre el grupo control y el expuesto al alcohol
en el callo, el tejido óseo duro que se forma alrededor de los extremos
de los huesos fracturados. En los roedores a los que se les administró
alcohol, el callo fue menos mineralizado y el hueso que se formó no era
tan fuerte.
Los ratones expuestos al alcohol mostraron signos de estrés
oxidativo, un proceso que afecta a las funciones celulares normales, y
tenían niveles significativamente más altos de malondialdehído, una
molécula que sirve como un marcador de estrés oxidativo. Además, los
niveles de una enzima que disminuye el estrés oxidativo, superóxido
dismutasa, fueron mayores en los ratones expuestos al alcohol, aunque no
lo suficientemente altos como para ser considerados estadísticamente
significativos.
Durante el proceso de curación, el cuerpo envía células madre
inmaduras a un sitio de la fractura y, después de llegar al sitio, las
células madre maduran hasta convertirse en células óseas. Dos proteínas,
conocidas como SDF -1 y de OPN , están involucradas en el
reclutamiento de células madre para el sitio de la lesión, pero en el
grupo de ratones expuestos al alcohol, los niveles de OPN fueron
significativamente más bajos.
Como seguimiento de este estudio, Natoli está planeando un
análisis en animales modelo de dos posibles tratamientos para
contrarrestar los efectos negativos del alcohol sobre la cicatrización
ósea: inyectar células madre en ratones para mejorar la cicatrización y
administrar NAC, un antioxidante que combate el estrés oxidativo. Si
estas terapias resultan efectivas para los consumidores de alcohol en
exceso, es posible que también pueden acelerar la curación en los no
bebedores, según Natoli.

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