Se teme que unas 300 personas murieron la semana pasada cuando la
abarrotada embarcación se incendió y naufragó a sólo un kilómetro del
destino: la isla italiana de Lampedusa.
Fue uno de los peores accidentes de inmigrantes o refugiados que se
adentran en peligrosos viajes por mar desde el norte de África en busca
de una nueva vida en Europa.
Los equipos de rescate recuperaron 38 cadáveres más entre los restos
del barco hundido a más de 40 metros, lo que eleva el número total de
fallecidos rescatados a 232.
"Hemos encontrado a algunos con los brazos extendidos. Intentamos no
fijarnos en este tipo de cosas mucho porque de o
tro modo el trabajo es
muy difícil", dijo el buzo de la policía Riccardo Nobile.
"Hemos visto el cabello de una mujer que salía de un ojo de buey roto, pero no hemos podido llegar a ella".
Dada la profundidad a la que se encuentra el barco, los buzos sólo
pueden permanecer unos minutos en el lugar y los trabajos de
recuperación de cadáveres avanzan con lentitud. Todos los cadáveres
alrededor del barco y en cubierta han sido recuperados, mientras que
decenas siguen en el interior de la embarcación.
"Estoy seguro de que la parte más difícil de las operaciones está
empezando ahora", dijo el buzo de los guardacostas Rocco Pilon.
"Técnicamente será un reto mucho mayor".
Las autoridades indicaron que durante la noche se esperaba un tiempo
tormentoso, pero esperan poder continuar la búsqueda el martes.
"Tratamos de recuperar los que pudimos en el tiempo que nos quedaba, pero era muy poco", agregó Nobile.
ACCIÓN DE LA UE
La embarcación, en la que viajaban unos 500 inmigrantes
principalmente eritreos y somalíes, se hundió el jueves, arrojando al
mar a cientos de personas. Sólo fueron rescatados con vida 155 personas.
Lampedusa, una pequeña isla entre Sicilia y Túnez, se ha convertido
una de las principales entradas de Europa para los inmigrantes
clandestinos de África, que llegan por miles en embarcaciones saturadas e
inseguras.
Miles de personas han muerto intentando cruzar el mar, pero el desastre de la semana pasada es uno de los peores en décadas.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso,
visitará la isla el miércoles para abordar acciones conjuntas sobre la
crisis de refugiados tras los llamamientos de los políticos italianos
pidiendo más ayuda de la Unión Europea.
A corto plazo, el Gobierno ha propuesto establecer "pasillos
humanitarios" que puedan identificar con mayor rapidez los barcos que
realizan el peligroso viaje de forma que puedan ser rescatados.
No obstante, los fallos en seguridad en muchas zonas de Libia, punto
de partida del barco naufragado, ha dificultado crear un sistema de
controles con las autoridades locales que funcione.
Los barcos siguen llegando al sur de Italia. El lunes, varios medios
informaron de que uno con unos 350 refugiados sirios a bordo llegó a
Siracusa, en el noreste de Sicilia.

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