domingo, 20 de octubre de 2013

Los créditos de carbono, ¿sabe en qué consisten?

Recientemente el país volcó su atención al municipio de Cáceres, ubicado en el Bajo Cauca antioqueño, por las protestas que mineros artesanales llevaron a cabo en contra de iniciativas gubernamentales que buscan reglamentar su actividad.
 
Si bien es cierto que este tipo de minería es la única fuente de ingresos de un número considerable de familias, que por décadas no han tenido otra posibilidad de trabajo, la masificación de este oficio extractivo (que por su misma naturaleza artesanal poco cuidado tiene del impacto ambiental)  ha traído consecuencias visibles en términos del degradamiento de las condiciones naturales del terreno. Ante esta realidad, era imperativo buscar alternativas sostenibles que ayudaran a recuperar las condiciones de la tierra, pero ¿cómo hacerlo? 
   
Desde la entrada en vigor del Protocolo de Kioto en el 2005, la meta de reducir la emisión de gases regulados, como mínimo un 5 por ciento al 2012 (comparados con los valores registrados en 1990), motivó la búsqueda de alternativas que contribuyeran a cumplir el objetivo. 
Adicional a la reducción planteada, los países firmantes adquirieron una serie de compromisos promovidos por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc), dentro de los cuales se propone que aquellos cuyos sectores industriales están más desarrollados, y que presentan emisiones de dióxido de carbono (CO2) en bosques u otras áreas naturales, las deben compensar con la misma cantidad emitida de oxígeno consumible.
Fue entonces cuando surgió el concepto de Crédito de Carbono como una práctica ambiental viable para los países industrializados, en términos de compensación, pues planteaba un camino para cumplir con dicho compromiso. En síntesis, los interesados tenían la posibilidad de adquirir la producción de oxígeno de espacios específicos, entre otros, por ejemplo de bosques ya establecidos, o de esquemas verdes elaborados para tal fin, con lo cual se incentivó el cultivo de un número considerable de árboles o la reforestación de zonas desgastadas por un mal uso del suelo.

Una alternativa Ante la falta de baldíos disponibles en estos países, surgieron espacios pensados para solventar dicha falencia, principalmente en Suramérica.

Por ejemplo en Colombia se encuentran numerosas iniciativas de este tipo en los departamentos del Chocó, Caldas, Valle del Cauca, Antioquia y Arauca, entre otros.
Estos dos últimos, más específicamente en Cáceres (Antioquia) y en Cravo Norte (Arauca), se ubican  proyectos de reforestación destinados a la recuperación de suelos, y cuyas emisiones de oxígeno entran al mercado de créditos de carbono, en terrenos de 12.500 hectáreas de suelo que presenta condiciones especiales.
En Cáceres la minería artesanal y en Cravo Norte la ganadería extensiva afectaron negativamente las condiciones ambientales de los ecosistemas nativos y de la capa vegetal existente.
La situación en estos dos frentes se ha revertido gracias al proceso de reforestación. En la actualidad se encuentran plantados dos millones de árboles naturales de la zona y los ecosistemas han venido estabilizándose.  La certificación en los mercados se hizo a través de South Pole Carbon Asset Management.
Fue allí donde Natura Cosméticos encontró la manera de implementar uno de los tres pilares de su programa de Carbono Neutro, el que hace referencia a la compensación; los otros dos son el inventario de emisiones y la reducción de las emisiones.
En cuanto al inventario, la compañía realiza la medición de todas las emisiones de los procesos de la cadena de producción, con el fin de identificar puntos críticos.
Allí se incluyen: la obtención de las materias primas, los proveedores, las importaciones a cada una de las operaciones, la fabricación de los empaques, el transporte y fabricación del producto, hasta finalizar con el consumo.
Al tener el inventario, viene la parte de la reducción, en ella se evalúan cada uno de los puntos críticos identificados con el fin de implementar acciones puntuales para disminuir el porcentaje de emisiones. Actualmente, el objetivo es que en 2013 las emisiones relativas sean 33 por ciento menores en relación a las de 2006, es decir, que este año la cantidad de carbono emitida por kilo de producto sea 1/3 más baja que aquella generada hace siete años, precisó Víctor Meléndez.
Por más esfuerzos que desarrolle Natura, o cualquier otra empresa, para perfeccionar sus procesos en términos de utilizar tecnologías verdes más avanzadas, emitir cierta cantidad de carbono aún es algo inevitable en los esquemas productivos.
Por esta razón las emisiones que no logran reducirse, se compensan con la compra de créditos de carbono, a través de iniciativas de forestación que, como valor agregado, contempla la recuperación de áreas degradadas con vegetación nativa, tal como en Cáceres o Cravo Norte.
Vale la pena resaltar que de la producción total de O2 que generó el proyecto el año pasado, la compañía compró 69 mil toneladas de Oxígeno, compensando las emisiones de las operaciones de Argentina, Perú, México y Colombia, para el año 2010.  
Este proyecto de compensación en el país cuenta con el acompañamiento de la Asesoría en Ornato Paisajismo y Reforestación (Asorpars); involucra participación de la comunidad, plan de manejo forestal aprobado por el Ministerio del Medio Ambiente, plan de vigilancia, monitoreo de la producción de oxígeno y el sostenimiento de los parámetros de la biodiversidad.
Dentro del componente social del programa, se dictan talleres de capacitación sobre los beneficios ecológicos de la reforestación, la conservación de los ecosistemas y las oportunidades económicas del eco-turismo.
De esta manera, la compañía confirma su compromiso con aspectos propios de su propuesta de valor, pues la estrategia es integral ya que contempla el componente medioambiental y el social, todo con el fin de generar mejores condiciones a fututo,  en estos dos ámbitos fundamentales para la compañía.

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